Entre tanto dolor y angustia que puede dejar la desaparición forzada de un ser querido, a veces surge algo tan inesperado pero tan fuerte como puede ser el amor fraternal. De esto da cuenta uno de los testimonios conocidos recientemente por la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas UBPD en el Urabá antioqueño.
Según la entidad, dos personas de familias diferentes terminaron dándose cuenta de que son hijos del mismo padre, desaparecido desde hace casi 40 años en esta subregión de Antioquia. Tras descubrir el vínculo, ahora ellos buscan a su progenitor con ayuda de la Unidad.
Uno de los protagonistas de esta historia es Roberto Padilla, quien creció junto a su madre en una vereda de San Pedro de Urabá. Allí llegaba constantemente de visita su padre –llamado Luis Roberto Padilla Mendoza– para pasar tiempo con él, porque por su trabajo se movía bastante por la región.
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La otra protagonista de la historia es Susana Padilla, también hija de Luis, quien vivía con su madre inicialmente en San Pedro de Urabá y posteriormente en Arboletes. Hasta allí llegaba el padre para pasar tiempo con su hija Susana y luego se iba a recorrer el Urabá en busca de trabajo en las fincas de la zona.
Igual pasó en San Pedro de Urabá con Roberto, quien, como Susana, enfrentó la mayor parte de su vida sin la figura de su padre al lado.
Según comentó la UBPD, 28 años pasaron sin pistas de Luis. Roberto, ya hecho un hombre, se fue a buscar trabajo como mecánico a Arboletes. Estando allí entró a un taller en el que, como parte de una charla habitual, uno de los mecánicos le preguntó por su familia y si tal vez tenía algún allegado en Arboletes.
En ese momento, Roberto recordó que en alguna charla con su papá, este le comentó de la existencia de otra hija en dicho municipio que se llamaba igual que su abuela: Susana. Las coincidencias de la vida no podían haber sido más precisas en ese momento: el mecánico conocía a una Susana, quien en alguna charla le había dicho que ella creía tener un hermano mayor que tenía el segundo nombre de Luis: Roberto.
El mecánico llevó a Roberto hasta la casa de Susana, donde por fin, después de tanto tiempo, los dos hermanos que apenas sospechaban de la existencia del otro se reencontraron y confirmaron el parentesco con un abrazo.
Pese a que por lo menos ya pudieron reencontrarse, ahora los dos hermanos medios buscaban responder la pregunta de dónde está su papá.
Diez años después de su primer encuentro, Susana y Roberto se acercaron a la oficina de la Territorial Urabá de la UBPD, entidad con la que hoy buscan a Luis, de quien se sabe desapareció en Necoclí entre 1989 y 1991 en el marco del conflicto armado. Susana y Roberto, quienes hoy residen en Arboletes, hacen parte de las 1.200 familias buscadoras que integran el Plan Regional de Búsqueda del Norte de Urabá.
“Su historia es un recordatorio de que las familias pueden ser reconstruidas, incluso cuando las piezas han estado perdidas por mucho tiempo. La búsqueda de Luis no solo se convirtió en una misión, fue el inicio de una nueva vida llena de esperanza y amor compartido”, indicó la UBPD en un comunicado.
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