Así fue como, después de una historia de 30 años llenos de muertos, desplazados, desterrados y un largo etcétera de formas en que la población de Ituango ha resultado victimizada, por fin le tocó figurar en un registro positivo a nivel internacional.
La 92.3, que se sintoniza en la franja del FM, fue la segunda Emisora de Paz de las 16 que hay en el país en estar al aire —después de la de Chaparral (Tolima)— y la única hasta ahora en Antioquia con esa característica.
En un pueblo ubicado en un extremo del departamento, a más de cinco horas de Medellín y donde todavía buena parte de la carga se mueve a lomo de bestia desde veredas que están hasta a tres días de camino, las instalaciones de la estación de radio no pasan inadvertidas.
Quedan a media cuadra del parque principal y cuando uno supera la fatiga de tres pisos de escaleras se halla frente a un espacio tan confortable como si fuera la oficina del ejecutivo de una gran empresa, con siete micrófonos en una mesa amplia y tres cámaras estratégicamente empotradas en las paredes para que los mensajes que salgan de acá no solo sean sonoros, sino que la gente pueda ver a quienes están hablando desde acá. A no ser por la conexión a internet que es débil en estas postrimerías, no tendría nada que envidiarle a cualquier emisora de cadena comercial que quede en una ciudad capital.
Su primera emisión fue el 2 de julio de 2019 y desde entonces no ha parado de sonar. Cinco periodistas —entre ellos Cartagena— y un técnico, producen la programación local y surten de material al sistema de medios públicos del país que opera bajo la sombrilla de RTVC.
“Contamos el territorio haciendo notas para televisión normalmente, así como participamos de los diferentes boletines que se transmiten a nivel nacional, que son cada hora”, relata Cartagena, quien a la vez explica que “una emisora de paz no se diferencia de otra emisora y nos ocupamos de temas de la cotidianidad, de lo que se habla en el día a día en cada uno de los territorios donde están ubicadas, que históricamente han sido afectados por el conflicto armado”.
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No obstante, el motivo que le dio origen sí determina en buena medida el énfasis, porque acá no pueden faltar contenidos relacionados con los avances o retrocesos en los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (Pdet), en el PNIS (Programa Nacional para la sustitución de cultivos de uso ilícito), en la Agencia Nacional de Tierras, en la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, en la Justicia Especial para la Paz (JEP); en general sobre el cumplimiento de los acuerdos de paz y en la reparación de las víctimas, entre otros asuntos de ese corte.
Pero, además, Cartagena apunta que una particularidad adicional es que tratan de darles difusión a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), “es decir que para nosotros el medio ambiente y los temas de género están muy arriba, y los que tienen que ver con las comunidades indígenas que viven en el territorio”.
Todo tiene un enfoque local, subregional, departamental y nacional, de suerte que lo internacional se lo dejan a la sede principal del Sistema, en Bogotá y a los demás medios. “Nosotros lo que hacemos es acercarnos un poco más al territorio, ‘ponerle carnita’ como se dice”, añade el director de la emisora.
No obstante que por su naturaleza no pueden soslayar asuntos controversiales de la realidad nacional y en los que las visiones de los actores armados no necesariamente son convergentes con las del Estado, hasta ahora, por fortuna, los periodistas se han podido mover con tranquilidad hasta por las áreas rurales más apartadas.
Normalmente la emisora se enlaza buena parte del día con las otras 15 Emisoras de Paz, de manera que lo que pasa en Ituango se pone a sonar a nivel nacional; pero se desligan en cinco programas.
La directora de la Asociación Mujeres Ideales de Ituango (AMII), Miriam Mazo, da cuenta de que para ellas ha sido importante el apoyo de la emisora en el cubrimiento de sus eventos y al darles siempre cabida para difundir lo que hacen. Además, asegura que, a ella en particular, le ha permitido conocer la realidad del campesinado. “Yo los escucho cuando tengo tiempo, porque una siempre se mantiene ocupada”, dice.
Y Jorge Gallo, enlace de víctimas del Municipio, apunta que “la emisora ha servido en cierta forma para generar una comunicación entre la institucionalidad, las comunidades y las víctimas”.
En su caso, dice que lo han apoyado mucho. Por ejemplo, en octubre pasado durante un evento de entrega de una caseta y un parque infantil en la vereda Buena Vista construidos en el programa de Obras por Impuestos, estuvieron allí dando cuenta del beneficio que significaban esas infraestructuras para la comunidad.
Si bien no han hecho hasta ahora mediciones de audiencia para saber cómo registran en comparación con otras dos emisoras que hay en Ituango o con respecto a las cadenas nacionales, su parámetro de medición son los catorce municipios desde donde les han reportado sintonía en el norte de Antioquia, Bajo Cauca y hasta en municipios de Córdoba.
“Tenemos una muy buena cobertura que nos permite estar en lo alto de la montaña. Sabemos que por condiciones técnicas las ondas viajan en línea recta y eso nos permite llegar a muchos lugares.
Programación local con “carnita”
El Campo en la Radio va dirigido a ese 80% de la población de Ituango. También está el informativo local El Calentao –antes se llamaba Señal de la Mañana–, de media hora, en el que, en palabras de Wilson, se está cocinando una nueva manera de abordar el territorio; ahí, así como registran los últimos clasificados a los Juegos Olímpicos, también están pendientes de los resultados del campeonato interbarrial de fútbol de “rodillones”.
También pasan información para el informativo del mediodía, que es nacional y se llama Colombia al Aire. Está igualmente ‘Música en mi territorio’, donde los protagonistas son los aires autóctonos. Atardecer es un programa de corte cultural y una vez a la semana, los miércoles, está Encuentros de Paz, donde el tema exclusivo son los ires y venires de los acuerdos con las Farc.