En este cuarto día de la Novena de las Subregiones, es el turno de visitar al Nordeste antioqueño, tierra de grandes montañas que esconden metales preciosos y caudalosos ríos por los que discurre la vida de sus habitantes.
El Nordeste es la subregión que discurre por 10 municipios ubicados entre la Serranía de San Lucas y los ríos Porce, Nechí y Nus, entre tantos otros de poderosas corrientes por las que se mueven sus habitantes.
Lo componen Amalfi, con su legendario mito del Tigre; Anorí hogar del maestro Pedro Nel Gómez; Remedios y sus importantes minas; San Roque y sus baños de Santa Rosita; Santo Domingo cuna del genial escritor Tomás Carrasquilla, Segovia, y su brillante oro; Vegachí, y sus moliendas paneleras; Yalí, y su enorme cerro El Tetoná; y Yolombó, inmortalizado como el hogar de La Marquesa. A ellos se suma Cisneros, el pueblo más emblemático de la otrora inmensa industria férrea antioqueña.
Después del Bajo Cauca, el Nordeste es la segunda región productora de oro –ese mismo metal que le llevaron los reyes magos al niño Jesús– en Antioquia. Aunque en materia agrícola también destaca su producción de caña panelera así como de otros granos y hortalizas como como el café, el maíz, el fríjol y el plátano. Sus tierras también son propicias para la producción ganadera y piscícola.
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Recientemente el territorio ha logrado una relevancia turística en la que maravillas naturales como las cavernas del río Nus, los baños termales de Santo Domingo; así como la estación del Ferrocarril de Antioquia en Cisneros se han vuelto algunos de los atractivos más visitados
En las consideraciones de la Novena Navideña, esta en su día cuarto señala: “Démonos a Dios, no para ser algo como lo pretende continuamente nuestra vanidad, sino para ser nada, para quedar eternamente consumidos y anonadados, para renunciar a la estimulación de nosotros mismos, a todo cuidado de nuestra grandeza, aunque sea espiritual, a todo movimiento de vanagloria. Desaparezcamos a nuestros propios ojos y que Dios sólo sea todo para nosotros”.
Y qué mejor forma de darse a Dios que maravillándose con su creación y hacer comunión con él visitando uno de estos atractivos naturales que ofrece esta subregión.
