Si se necesitara hablar de reparación y solidaridad, la experiencia de Margarita Inés Restrepo sería un tratado sobre el tema. Desde que asumió la dirección de la Corporación Antioquia Presente en 1994, se ha encargado de dirigir la reconstrucción de comunidades después de las tragedias y, como ella misma lo dice, reconstruir vidas.
Proyectos locales e internacionales como los adelantados en Salgar y en Haití, o los de gran envergadura como la reconstrucción de La Tebaida tras el terremoto de 1999, han tenido a Margarita a la cabeza.
Hoy, tras 24 años de labores y trabajos, anuncia su retiro para disfrutar de su jubilación. El cargo será ocupado por Marcela Ochoa Bernal.
EL COLOMBIANO conversó con ella sobre sus aprendizajes y retos cumplidos en más de dos décadas de trabajo.
Son muchos los proyectos y anécdotas acumulados durante estos 24 años, pero ¿cuál ha sido el más significativo dentro de la labor de atención de emergencias?
“Todos los proyectos dejan una enseñanza, pues siempre se aprende al estar en los momentos difíciles y de dolor para las comunidades afectadas por las tragedias y el conflicto armado.
Pero la experiencia del Eje Cafetero ha sido la más representativa. Allí, tras el terremoto de 1999, coordinamos desde Medellín y la zona afectada, la iniciativa ‘Antioquia unida por el Eje Cafetero’, con la que adelantamos no solo la atención de la emergencia, sino la reconstrucción del municipio de La Tebaida con 28.000 habitantes y la entrega de 252 viviendas dignas en un lote adquirido gracias al aporte de nuestros donantes. También, lideramos otras gestiones solidarias con aportes de muchas fuentes, tanto privadas como públicas, que nos permitieron ayudar a más afectados por el terremoto”.
En Salgar, el aporte de la corporación fue diferente a los demás casos ¿cómo fue el trabajo allí?
“El acompañamiento social es lo más importante de Antioquia Presente. Siempre hemos pensando que la persona es más importante que el cemento, por decirlo de alguna manera. La entrega de una casa a alguien que la perdió en un desastre debe estar acompañada por ese respaldo social y participación de la comunidad, que permita restablecer sus conexiones sociales.
En Salgar, debido a que el anuncio del Gobierno Nacional era que ellos se iban a encargar de toda la reconstrucción, nuestro aporte fue estar con ellos durante dos años, atendiendo a la comunidad en el proceso de duelo y reconstrucción de lazos sociales”.
Además de la intervención física, Antioquia Presente también ha asumido la tarea de gestionar y crear conocimiento. ¿Cómo se llega a esta función y por qué es necesaria?
“Nosotros somos una organización muy de hacer, pero cuando revisamos nuestro plan estratégico nos dimos cuenta de que había un potencial para gestionar conocimiento, pues en cada proyecto encontramos nuevas y mejores formas de hacer las cosas. Es posible desarrollar teoría a partir de esas experiencias y eso nos ha permitido publicar cartillas, documentos, libros como ‘Reasentamiento en Colombia’, uno de los primeros de su tipo en el país. Todo esto les sirve a otras organizaciones que se dedican a lo mismo como respaldo conceptual en su labor”.
Entre los retos que a partir de ahora asumirá Antioquia Presente se incluyó el del cambio climático ¿Por qué se decidió abordar este?
“Hoy el tema principal de muchos expertos es el fenómeno del cambio climático que enfrenta el planeta. Por ello, hacemos parte de un convenio que reúne a universidades de diferentes partes del mundo, a través del cual, nosotros somos la única organización social involucrada. Estamos trabajando estrategias con las comunidades para enfrentar el cambio climático y, así mismo, conociendo cómo aplican medidas según sus contextos. Todo esto es un complemento muy importante a nuestra labor de atención de emergencias”.
¿Qué mensaje le deja a otras organizaciones que cumplen un rol similar a Antioquia Presente?
“Qué no olviden el valor de la solidaridad, fundamental en estos procesos. Si la gente quiere ayudar hay que enseñarle cómo ayudar y lograr canalizar todas esas buenas intenciones. Todo esto a través de la articulación y el trabajo en equipo transparente”.
Tras 24 años de labores, ¿quedó algo pendiente por hacer?
“Sí, una cosa que siempre quisimos hacer con un amigo experto en desastres. Siempre pensamos en escribir la historia de los desastres en el país, en la que se cuente todo lo vivido y aprendido. No solo en los protocolos de intervención física, sino también en lo social y acompañamiento a las víctimas y afectados”.
