El Carmen de Viboral ha caminado un largo trayecto para que sus vajillas sean reconocidas como patrimonio de la nación.
Luego de dos años de imaginarse los pocillos y los platos producidos en ese municipio del Oriente en escenarios aún más grandes, en la tarde de este jueves los carmelitanos por fin recibieron la noticia de que sus cerámicas fueron declaradas por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Colombia como Patrimonio Inmaterial de la Nación.
El reconocimiento se dio gracias al trabajo emprendido por un grupo de investigadores en cabeza de David Londoño, docente de la Universidad Católica de Oriente (UCO), en el que desde hace 4 años se venían gestionando los trámites y las condiciones necesarias para obtener el reconocimiento.
El grupo también estuvo conformado por Olimpia Pavón, representante legal de la Asociación de Artesanos Productores de Loza; Sara García, investigadora privada; y Julián Montoya, representante de varias fábricas de cerámica del municipio.
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“Empezamos a preguntarnos por la producción del municipio. Encontramos muchas cosas: que hay un reconocimiento de origen que protege a la cerámica de El Carmen para que no cualquiera pueda decir que fue hecho aquí y que las pintas - flores y decorados de cada pieza- tienen una riqueza creativa exuberante y única en el mundo”, afirmó Londoño.
Con esas certezas, el equipo presentó un proyecto ante la UCO y siguió avanzando en cada revisión técnica hasta el logro de hoy. “Esta es una muy buena noticia para un municipio que tiene más de 120 años de tradición ceramista. Se viene una tarea muy grande para apropiarnos y proyectarnos como patrimonio nacional”, dijo Yeison Castro, director del Instituto de Cultura del municipio.
En eso concuerda John Fredy Quintero, alcalde del municipio, cuando dice que “la noticia nos llena de sentimientos encontrados a todos, es un reconocimiento a los alfareros y a los artesanos que han sostenido la tradición por años, pero también se viene una responsabilidad muy grande tanto administrativa como económicamente para construir ese plan especial que salvaguarde la tradición”.
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Precisamente eso se sueña David: “una guía donde plasmemos todo lo que los artesanos conocen para que ese saber quede plasmado en algún lugar y podamos tener la certeza de que no se va a perder”.
“Ahora nos esperan cosas aún más grandes, esta es solo una puerta que se abre para todo lo que puede lograr nuestra cerámica”, dice Castro. “Y esa es nuestra próxima meta, que sea declarada patrimonio inmaterial de la humanidad. Como un reconocimiento para ellos, para los ceramistas y alfareros carmelitanos”, concluyó Londoño.
