En el Bajo Cauca siempre hay alguien buscando oro; alguien que se agacha para levantar una piedra, para escudriñar hasta el último palmo de tierra. Esa idea la confirma un hallazgo que se hizo hace un par de meses. En Tarazá, junto a la vía que va hacia la costa, encontraron unos túneles artesanales, de paredes de tierra, por donde descendían hombres en busca de oro.
Los túneles miden hasta 15 metros de profundidad. En la zona se habla del tema, pero nadie da nombres ni quiere dar detalles. “Yo le cuento, pero no diga mi nombre, que me agarran de las pelotas”, comentó una persona del lugar. El punto en que encontraron los túneles está cerca a Puerto Antioquia, corregimiento de Tarazá.
Un reportero gráfico de este medio estuvo la semana pasada en Tarazá y vio de primera mano los túneles, que, hay que decirlo, tienen cierta sofisticación. Construirlos no es una tarea que se haga de la noche a la mañana. En las bocas de entrada hay poleas que ayudan a la persona a ir descendiendo. Unos 10 metros más abajo, donde reina la oscuridad, el socavón tiene un ángulo recto, es decir, vira hacia una dirección horizontal.
Teniendo todo el mundo por delante, ¿por qué decidieron construir los túneles junto a la carretera y debajo de ella? La respuesta, esta sí, la dan todos sin titubear: porque la tierra bajo la carretera es virgen. Las personas que construyeron los socavones saben que en el Bajo Cauca casi todo está explorado, lavado, pues muchas generaciones han buscado oro. En cambio, debajo de la carretera no se ha explorado y es posible que haya un tesoro a la espera de ser descubierto.
El meollo de todo este asunto es que la carretera, que es una vía principal y conecta a Medellín con la costa, se hundió por culpa de estos túneles. Y se viene la temporada de vacaciones, cuando cientos de turistas irán a la playas de Córdoba y Sucre.
El pasado 24 de mayo se ordenó un cierre preventivo de la vía. Ocurre que los túneles dejan hueca la tierra y el peso de los carros hace que el pavimento colapse.
Aunque el paso se reabrió unos días después, la carretera sigue con el hundimiento y la gente de la zona teme que se venga abajo por completo. “Está muy tarjada. Hay una parte donde tiene una grieta que va de un lado al otro. Cada día vemos que esto se hunde más”, comentó un comprador de oro de la zona.
Santiago Sierra Latorre, secretario de Infraestructura de Antioquia, comentó que son unos 10 kilómetros al margen de la vía los que están amenazados por la minería. El secretario comentó que están trabajando con el Invías para encontrar una solución definitiva a este problema. Por ahora la vía funciona con paso a un carril, pero no hay un pare y siga.
Lo que hay que revisar, comentó Sierra, es quiénes construyeron los socavones y por qué lo hicieron. Es vital saber si están dentro de los 4.737 mineros que está censando la Secretaría de Minas de Antioquia. Teniendo ese dato se puede seguir trabajando con ellos y determinar compromisos para que no sigan abriendo la tierra junto a la vía.
El problema es que nadie da nombres ni quiere señalar quiénes son los que abrieron los túneles. Saúl Bedoya, líder de los mineros del Bajo Cauca, dijo que no conocía quiénes eran los responsables, pero sí se comprometió en que es un hecho que va en contravía del bien general y que debe corregirse. “Tenemos que hacer una minería responsable y corregir estas cosas. Acá tiene que haber un paso de voluntad entre el Gobierno y nosotros para solucionar esto. Habrá que parar y reparar”, dijo Bedoya.
Una persona del sector dijo que los que construyeron los túneles no son de Puerto Antioquia, sino gente venida de Tarazá y otras zonas. Según su testimonio, los hicieron a escondidas, poniendo rastrojo encima de las bocas para que nadie se diera cuenta. Y así estuvieron trabajando un buen tiempo, especialmente en las noches, aunque hay testimonios que afirman que buscaban oro también de día.
Resulta difícil de creer que las autoridades hayan permitido esto en sus narices, justo a la vera de una de las vías más importantes del departamento. El que primero vio los túneles, dicen en Puerto Antioquia, fue el dueño de una finca cercana.
La comodidad con que la trabajaron los mineros se evidencia con la infraestructura que instalaron. Los socavones tenían sistemas eléctricos para iluminar en lo más profundo y en ellos se utilizaban taladros, bombas lapicero (para sacar el agua) y demás tecnologías empleadas en la extracción de oro.
Preguntar si les fue bien a los mineros ilegales es casi una perogrullada, pues, de no haber sido así, no habrían cavado tantos túneles ni instalado tal tecnología. La ambición de oro y las necesidades de una población tienen en riesgo de colapso a la vía que conecta a Medellín con el Caribe.
15
metros de profundidad, aproximadamente, tienen los túneles en la parte más honda.