La imagen de dos jóvenes que circuló en redes sociales el pasado fin de semana en la que aparecían en un centro asistencial desorientados y que luego se denunció que habrían sido intoxicados en el Parque Lleras para atracarlos, despertó de nuevo las alertas por la ocurrencia de este tipo de delitos en varios lugares del Aburrá.
De hecho a este caso se suman otros dos ocurridos el pasado 10 de febrero, que también fueron denunciados en medios de comunicación de la ciudad. En el primero, una mujer y su primo reportaron haber sido drogados con una sustancia cerca de la carrera 70, y luego llevados a su residencia donde fueron hurtados. El segundo, fue el de una menor de 13 años de Caldas que reportó una situación similar. Según los datos de la Policía, en el año se han registrado 75 denuncias por este tipo de hurtos con el uso de sustancias, lo que da un promedio de al menos una persona víctima cada día.
Reducción en casos
Pese a lo delicado de la situación, la Policía Metropolitana indicó que en lo que va de 2022 se registra una reducción en las denuncias de estos casos si se compara con el mismo periodo de 2021.
“En lo que va corrido del año (53 días) tenemos 75 denuncias de personas intoxicadas con escopolamina u otras sustancias; en las mismas fechas de 2021 se registraron 88 denuncias; mientras que en 2020 fueron 121; y en 2019 fueron 72. O sea que actualmente hay una reducción del 16%”, explicó el coronel Rolfy Jiménez, comandante (e) de la Policía Metropolitana del Aburrá.
El oficial también indicó que esta modalidad se da en la capital antioqueña ligada sobre todo al hurto de residencias y al hurto a personas. Jiménez también apuntó que los ciudadanos extranjeros son el blanco preferido de los delincuentes que usan este método.
“A los turistas los abordan en establecimientos de entretenimiento o cuando por cualquier motivo requieren servicios a domicilio a sus residencias u hoteles, lo que termina en el robo de sus pertenencias”, agregó Jiménez.
¿Delincuencia organizada?
De acuerdo con la Policía Metropolitana no se ha identificado que exista una estructura delincuencial organizada dedicada a los hurtos con estas sustancias. Lo que sí se ha notado es que este tipo de robos son una especialidad de la delincuencia común de la ciudad usada sobre todo en zonas turísticas como El Poblado, Laureles, la carrera 70 y los alrededores de algunos centros comerciales, sobre todo los fines de semana.
Sin embargo, para el profesor Gabriel Restrepo Chavarriaga, coordinador del posgrado de Toxicología Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, desde su experiencia sí hay bandas articuladas dedicadas al robo con este método que usan como alguna de sus tapaderas la oferta de servicios sexuales, sobre todo a turistas, y que además consiguen relativamente fácil en el mercado negro las sustancias que usan aunque estas tienen un estricto control de venta.
“En la mayoría de los casos, son bandas articuladas con mujeres muy bonitas que cuando usted va a una discoteca solo, lo abordan y hacen que consuma las sustancias que generan pérdida de la voluntad para ellos poder cometer actos delictivos”, precisó.
No solo con escopolamina
El docente Restrepo explicó que contrario a lo que piensa la comunidad, no todos los casos que se han reportado últimamente en la ciudad de personas intoxicadas son precisamente por escopolamina.
“Las sustancias más usadas son medicamentos basados en benziodacepina o fenotiazina conocidos comercialmente como clonazepam o rivotril por su facilidad para disolverlas en líquidos y porque causan adormecimiento y una manipulación de la víctima más fácil”, explicó.
Restrepo comentó que la escopolamina (surgida del fruto del árbol borrachero o Datura Stramonium) genera en los humanos pérdida de la voluntad por una especie de delirio pero también genera agitación psicomotora, taquicardia e hipertensión, así como pupilas dilatadas (midriáticas) y aumento de la temperatura corporal; síntomas muy diferentes a los expresados por las víctimas intoxicadas más asociados al adormilamiento y a la amnesia.
El especialista también indicó que en los análisis que ha realizado en casos anteriores, los pacientes se intoxicaron por vía oral. Es decir que una persona les dio agua o algún líquido contaminado con la sustancia. También hay casos en el que las víctimas se descuidaron en un momento y los delincuentes aprovecharon para echarle algo a su bebida.
“Estas sustancias, ni tiradas ni inhaladas, generan los efectos mencionados. Eso de que ‘me untaron algo’ o ‘vi que alguien me soltó un polvo en un pañuelo y no me acuerdo de nada’ es algo improbable. Además hay que tener en cuenta que en algunas ocasiones los afectados no cuentan las cosas como son porque les da pena admitir la circunstancia en la que fueron intoxicados”, agregó.
Las autoridades hicieron un llamado a los ciudadanos (sobre todo a los turistas) para que sean más cuidadosos con los desconocidos que intentan acercárseles y a los que les permiten ingresar a sus residencias ya que estas circunstancias son aprovechadas por los delincuentes para intoxicar a las víctimas
75
denuncias de personas intoxicadas y robadas ha recibido en 2022 la Policía.