Aunque hay muchas tradiciones que van perdiendo fuerza, la de celebrar los 15 sigue siendo una de las más arraigadas entre las familias colombianas. Es una celebración en torno a la cual las familias, sin importar su origen o circunstancias, se unen para tratar de hacerla inolvidable para la festejada.
Pero la realidad económica de miles de familias hace que, muchas veces, el sueño de tener una fiesta de quince se quede en eso: en un sueño. En Abejorral se unieron para que catorce quinceañeras pudieran convertir ese anhelo en realidad con una fiesta inolvidable que involucró el esfuerzo de todo el municipio.
Las familias de estas 14 cumpleañeras que viven en zona rural del municipio no tuvieron posibilidad de ofrecerle una fiesta, pero la administración municipal se puso la 10 y organizó una celebración colectiva para hacer de ese día algo inolvidable para las jóvenes.
“Muy bonita y significativa para las jóvenes de Abejorral, organizando una celebración colectiva de 15 años a 14 jovencitas de la zona rural que cumplieron sus 15 años durante este 2024 y que por razones económicas no tuvieron ningún tipo de celebración. Este proyecto permite a las jóvenes cumplir el sueño de vestirse como princesas, partir un pastel y disfrutar de una fiesta inolvidable”, manifestaron desde la administración municipal.
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La organización de la fiesta estuvo a cargo de la primera dama del municipio, Blanquita Ruiz, fue ella quien decidió priorizar entre las estrategias y programas sociales esta actividad entendiendo que es una oportunidad para fortalecer lazos comunitarios en zonas apartadas de la cabecera municipal.
Para entender un poco el contexto en el que viven estas jóvenes hay que tener en cuenta que Abejorral es un municipio tan grande que tiene veredas que quedan a más de dos horas del casco urbano. A estas veredas se accede por carreteras destapadas trepando y bajando por una geografía quebrada. En su mayoría, las condiciones socioeconómicas de los pobladores de estas áreas dispersas son de pobreza y pobreza extrema.
En eso pensó la primera dama, que además es profesora. Por eso abrió una convocatoria para que las niñas de la ruralidad se inscribieran y pudieran gozar de su fiesta de 15 años. Los requisitos, por supuesto, era haber cumplido ya sus 15 años y no haber recibido celebración alguna. Entonces el rumor de la fiesta colectiva se regó como pólvora por el pueblo y la gente comenzó a meterse la mano al bolsillo para hacerla realidad. Comerciantes, funcionarios de la administración y personas del común aportaron para que las niñas de la zona rural pudieran gozar sus quinces.
Un grupo de música incluso donó sus horas de trabajo para amenizar la celebración. También hubo animadores que ofrecieron su trabajo para ayudar a hacer un gran festejo. Los comerciantes donaron diversos productos. “Fue una iniciativa que recogió todas las voluntades de la comunidad abejorraleña. A las niñas las maquilló y les prestó los vestidos una empresa que se llama Creativo Colors con un grupo de voluntarios que las pusieron muy bonitas”, contó Leonardo, vocero de la Alcaldía.
Las catorce quinceañeras llegaron al salón con sus vestidos, unos rojos con lentejuelas y otros grises, blancos. Posaron para las fotos sosteniendo velones que representan la esperanza, que las oportunidades pueden estar a la espera.
Del Oriente antioqueño han llegado últimamente bonitas historias de quinceañeras. En marzo pasado Mariana Duque causó sensación en San Luis al llegar a su fiesta de 15 en una adornada tractomula, el sueño que siempre tuvo desde niña. Fue una sorpresa que su papá logró ocultar hasta el último minuto cuando la joven iba saliendo hacia la misa de celebración.
Y en junio pasado hubo otra particular escena en las calles de Argelia, en el Oriente antioqueño lejano. Allí también decidieron celebrar fiestas colectivas y Mariana Muñoz decidió llevar la experiencia a otro nivel y llegó montada a caballo con su vestido de fiesta impecable.
Conmovedora también fue la fiesta que le armaron los estudiantes de la vereda Uvital, en el municipio de Nariño, a su profesora Marta Claudia Agudelo. Alguna vez la profe les había contado que nunca tuvo la posibilidad de celebrar su fiesta de 15 y los estudiantes decidieron organizarle tremenda sorpresa y a sus 51 años, por fin pudo celebrar sus “15”.