Por Luisa María Gallo G.
En la oficina de trasplantes de la Clínica Cardio Vid hay un cuadro sobre el que detienen la mirada quienes la visitan. Gepetto, el papá de Pinocho, sostiene hilo y aguja mientras repara un corazón. En su costado derecho, otro corazón resalta dentro de una caja marcada con la palabra “donación”. Sobre el suelo, descartados y sin orden, están los que fueron reemplazados. En la repisa, un reloj de arena que representa la espera para encontrar un órgano que prolongue la vida: ambos recipientes con forma de corazón mientras uno le entrega el tiempo al otro. Al lado, la lámpara que es símbolo de las enfermeras.
Cada uno de los elementos que está en el cuadro tiene un propósito. Esos detalles los explica, mejor que nadie, Juan Guillermo Valderrama Santamaría, pues fue el regalo que le dio a la clínica luego de salir de allí, como él dice, con “un corazón prestado”. Es el trasplantado número 550 en la historia de la Clínica Cardio Vid, la primera en realizar un trasplante cardíaco en Colombia el 1 de diciembre de 1985.
“Mandé a hacer el cuadro para darlo en agradecimiento luego de que un amigo me dijo: vos sos como Pinocho, tenés un corazón de fantasía”, cuenta Juan Guillermo. La fantasía no era su corazón, era tenerlo gracias a la donación de órganos.
La enfermedad
Años antes, un dolor en la zona de los pulmones lo llevó a consultar. Los exámenes evidenciaron un corazón agrandado y débil. Caminar rápido era un imposible, se sentía fácilmente cansado y le faltaba el aire. En ese momento su corazón estaba solo bombeando el 25 % de la sangre al resto de su cuerpo y, en diciembre de 2019 cuando recibió el trasplante, estaba funcionando al 10 %.
Además de la fatiga y la falta de aliento, que el corazón trabaje en un porcentaje menor a su capacidad genera acumulación de líquidos, hinchazón, afecciones en la función renal que dificultan una acción aparentemente simple como orinar, entre otros síntomas. A pesar de ellos, Juan Guillermo llevaba su vida fuera de hospitalización, aunque sometiéndose constantemente a diferentes procedimientos para prolongar el funcionamiento de su corazón hasta encontrar uno compatible para el trasplante.
“Como cuando usted está en una piscina en el fondo, así más o menos se siente una persona con la cardiopatía dilatada como yo la tenía. Haga de cuenta que usted está en una piscina ahogándose, chapaleando, pidiendo auxilio, yéndose para el fondo, saliendo a respirar y otra vez para el fondo”, dice Juan Guillermo.
En lista de espera
A pesar de que Juan Guillermo decía no tenerle miedo al trasplante, ya se había retirado dos veces del programa que lo tenía en lista de espera porque sentía un bienestar temporal. Dilató la decisión muchos meses hasta que su calidad de vida disminuyó y sintió que ya no tenía nada bueno que perder.
Cuando volvió en el 2019 a la Clínica Cardio Vid ya estaba en estado de urgencia cero. Estuvo hospitalizado en la Unidad de Cuidados Coronarios hasta que encontraron un órgano para él, casi cinco meses después. Su caso fue excepcional, pues el promedio de espera suele ser mucho menor.
“Hay una lista de espera regulada desde el Instituto Nacional de Salud que conoce las condiciones de todos los pacientes y asigna el órgano, una vez que aparece, a aquel que está más enfermo, esto se conoce como estado de urgencia cero. En caso de que el órgano no sea compatible, se pasa al siguiente paciente de la lista”, explica Álvaro Quintero, cardiólogo y coordinador de trasplantes Clínica Cardio Vid.
El Instituto Nacional de Salud, coordinador de la Red Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos, es la entidad designada por el Ministerio de Salud y Protección Social para gestionar los procesos de donación y trasplante, por medio de seis regionales, distribuidas estratégicamente en Colombia.
Quintero explica que esta red trabaja en conjunto con hospitales y clínicas de todo el país para garantizar la eficiencia y transparencia en los procesos de extracción y trasplante de órganos. Además, la rapidez en el traslado de los órganos es crucial, pues deben recibir suministro de sangre lo más rápido posible.
El transplante
En 2019 en Colombia se realizaron 1.303 trasplantes, 74 fueron de corazón. Uno de ellos fue el de Juan Guillermo que, días después de la cirugía, cuando le pidieron ponerse de pie para caminar, recordó lo que era vivir con un corazón sano. “No sabía lo enfermo que estaba, uno se va acostumbrando a la enfermedad que es tan lenta, que vos creés que así es la vida. Pero llevo varios años siendo alguien que se me había olvidado que era”.
Además de cuidar sus hábitos, debe tomar un medicamento por el resto de su vida para que su sistema inmune acepte ese corazón que le ha permitido seguir viviendo. “Lo cierto es que somos dos los trasplantados. A mi cuerpo le dieron un corazón y a este corazón le dieron un cuerpo”.