El mundo se encuentra en una emergencia sanitaria por el dengue. Desde hace unos meses las autoridades sanitarias como la Organización Mundial de la Salud (OMS) vienen alertando del aumento de los casos en el mundo: son más de 8 millones de casos registrados a nivel mundial en tan solo cuatro meses, la mayoría concentrados en las Américas.
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Se trata de la mayor epidemia de dengue en la historia, como lo asegura el profesor Iván Darío Vélez, fundador del Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales –Pecet– de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia e investigador emérito del Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación.
Las razones por las que esta infección viral se ha expandido alrededor del mundo son el cambio climático —que conlleva al aumento de las temperaturas y que acortan el ciclo de vida de los mosquitos Aedes aegypti, por lo que en menos tiempo el mosco puede transmitir el virus—; también se alargan fenómenos como El Niño (la sequía puede favorecer el crecimiento de los mosquitos), las migraciones que facilitan la diseminación del virus, ya que los cuatro serotipos del virus DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4 estén presentes en un mismo lugar, aumentando el riesgo de infección.
Otra causa es la pobreza y la falta de acceso a servicios básicos, lo que clasifica al dengue dentro de las enfermedades tropicales desatendidas.
En Colombia se han hecho esfuerzos por disminuir el dengue. De hecho, los científicos lo han hecho muy bien. Un ejemplo: en 2022 Bello se declaró como la primera ciudad en Latinoamérica en controlar el dengue. El profesor Iván Darío Vélez lideró el proyecto Word Mosquito Program en alianza con el Pecet para infectar a los mosquitos transmisores del dengue con una bacteria llamada Wolbachia que les impidió transmitir el virus en el Valle de Aburrá y así disminuir los casos en municipios como Medellín, Itagüí y Bello.
El proyecto fue un éxito, los casos comenzaron a disminuir. Ahora ese control es el que ha mantenido a la región lejos de una crisis como la que viven en otras regiones del país como el Valle del Cauca, Cali, Tolima, Huila, Santander y alrededor del mundo: según el investigador, el mosquito está llegando a lugares a los que antes no llegaba en la zona tropical en alturas mayores. Se han reportado mosquitos a más de 2.300 metros sobre el nivel del mar.
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Aunque en medios de comunicación se ha difundido la información de que Medellín y Antioquia están en alerta por el dengue, la realidad es que podría ser muchísimo peor. “Nosotros deberíamos estar en una epidemia, por lo menos similar a la última de 2016 donde hubo 17.000 casos en la ciudad. Ahora, si bien en el país se han duplicado un 200 % los casos de dengue, en Medellín debería haber más de 20.000 casos actualmente y no llegan a los 1.000, esto gracias al programa de control biológico. Logramos las mayores reducciones históricas comparadas con todo el país”, asegura el investigador.
Además del control biológico, los investigadores han pensado en otras estrategias para combatir el dengue. El profesor Iván Darío informó que desde el Pecet actualmente desarrollan productos como recubrimientos para paredes que al aplicarlos matan los mosquitos; ya tienen una patente, junto a Pintuco, para comercializar una pintura con insecticidas. Ahora, quizás el avance más exitoso, y ya aprobado, es Qdenga, la vacuna tetravalente para la prevención del virus, desarrollada por la farmacéutica japonesa Takeda con apoyo de otros centros de investigación como el Pecet, que jugó un papel significativo en su desarrollo.
Características de Qdenga
Se trata de una vacuna tetravalente diseñada para obtener inmunidad a los cuatro serotipos del virus del dengue: siendo el serotipo 2 el más agresivo. El biológico requiere de una aplicación de dos dosis en un período de tiempo de tres meses y está diseñado para estimular la respuesta inmune contra los cuatro serotipos. En palabras más sencillas, buscan que el cuerpo reconozca el virus y pueda combatirlo.
Esta vacuna recopila la cubierta del serotipo 2 y le ponen antígenos de los otros tres para lograr una protección total; es una inyección que se administra por vía subcutánea (preferiblemente en la parte superior del brazo), está indicada para personas entre los 4 y 60 años porque aún no se han desarrollado ensayos clínicos con otros grupos etarios.
“Con esta inyección el sistema inmune es capaz de identificar, atacar y neutralizar el virus para que no se manifieste la enfermedad. Es la única vacuna que tenemos en este momento que ya está en comercialización en otros países como Brasil y aquí en Colombia estamos cerca”, explica el investigador.
Esta vacuna está contraindicada para personas menores de 4 años y mayores de 60 años, porque no hay suficientes estudios. También para aquellos que tienen hipersensibilidad a los principios activos del biológico o a una dosis previa de Qdenga; para personas infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), personas con inmunodeficiencia congénita o adquirida, incluidas las terapias inmunosupresoras como la quimioterapia y para mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.
Además, esta vacuna no tiene 100 % de eficacia. Aunque sus resultados han sido exitosos, es posible que algunas personas no desarrollen una respuesta inmunológica de protección contra todos los serotipos del virus; y aseguran desde la compañía que actualmente se desconoce si una falta de protección podría provocar una mayor gravedad del dengue.
“Se recomienda continuar con las medidas de protección personal contra las picaduras de mosquitos después de la vacunación. Las personas deben buscar atención médica si desarrollan síntomas de dengue o signos de advertencia de la enfermedad”, escriben desde la farmacéutica.
Esto no significa que no sea un gran avance científico. “Disponer ya de una herramienta de control como esta vacuna es bien importante. El dengue está creciendo tanto que es necesario desarrollar no solo vacunas, sino medicamentos y más medidas de prevención”, agrega el investigador.
En Colombia, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) aprobó la vacuna japonesa en noviembre de 2023, y actualmente, la farmacéutica está en conversación con entidades públicas y privadas para comenzar su comercialización en el país.
Aquí, se aprobó como un coadyuvante en las medidas de prevención primaria de la transmisión, para disminuir la probabilidad de la enfermedad del dengue causada por los serotipos 1 y 2 del virus específicamente.
“Takeda está en negociaciones con el Ministerio de Salud y Protección Social para que la ofrezcan en los planes de vacunación. Los gobiernos requieren de voluntad política para este tipo de desarrollos. Este virus se transmite en mayor proporción en poblaciones de menores recursos y estas vacunas suelen ser costosas. El gobierno debe invertir y cuidar de la población. Nosotros como investigadores llegamos hasta un punto pero es deber de los gobernantes tomar estas decisiones”, dice.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades el síntoma más común del dengue es la fiebre junto a náuseas, vómitos, sarpullido, molestias y dolores en los ojos (generalmente detrás de los ojos), dolor muscular, en las articulaciones y en los huesos. Ante un signo de alarma, consulte con un médico.
