No siempre es posible garantizar que las personas tomen sin falta sus pastillas que pueden evitar que el virus del VIH se replique en sus células. Y esto es preocupante: las dosis omitidas ponen en riesgo a las personas con este virus y a sus parejas sexuales. Por eso una nueva investigación sobre la efectividad de los medicamentos de acción prolongada resulta importante.
A principios de marzo la revista Nature publicó un trabajo que probó la efectividad de estos, que son los que se toman una vez al mes. Reclutaron a más de 1.000 gemelos en 16 países, encontrando que son tan efectivos como las píldoras diarias para prevenir que se replique el virus.
Los probados, cabotegravir y rilpivirina, se administran una vez al mes como inyección. Son los primeros de varios antirretrovirales contra el VIH de acción prolongada en desarrollo, que los investigadores esperan ayuden con uno de los desafíos más difíciles en la lucha contra el virus: garantizar que los pacientes tomen su dosis completa.
Cada una de estas inyecciones impide que el VIH se replique, pero de diferentes maneras. La medicación permanece en los tejidos del cuerpo y se filtran durante semanas. La combinación fue desarrollada por ViiV Healthcare, una compañía en Londres que surgió de los gigantes farmacéuticos GlaxoSmithKline y Pfizer.
“En lo práctico esta noticia tiene un gran impacto, no solo en lo que implica para la calidad de vida de los pacientes infectados sino para disminuir la transmisión”, dijo López, coordinadora del grupo de investigación de inmunovirología de la Facultad de Medicina de la U. de A.
Los científicos dicen que inyecciones mensuales de antirretrovirales podrían garantizar que la gran mayoría de las personas a las que se prescriben antirretrovirales –el tratamiento estándar para el VIH– supriman con éxito el virus, de acuerdo con los objetivos establecidos por las Naciones Unidas. En Estados Unidos, dice una editorial de Nature, se podría ayudar a reducir la transmisión del VIH hasta en un 90 % en la próxima década.
“La combinación es un cambio de paradigma”, dijo a Nature Chloe Orkin, investigadora del VIH en la Universidad Queen Mary de Londres, quien informó sobre los hallazgos del ensayo el jueves pasado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas en Seattle, Washington. “En lugar de recordarle que tiene VIH los 365 días del año, se reduce a solo 12 –dice ella–. Eso le da a la gente una especie de libertad”.