Seguro ya vio en internet información de aplicaciones móviles que supuestamente predicen cuándo ocurrirá un sismo, o comentarios de personas que dicen que las mascotas los presienten antes y que avisan.
Todo esto es impreciso, porque si bien existen aplicaciones que pueden ayudar a alertar sobre el estado de una persona después de un sismo o saber su ubicación, el de predecir es imposible.
El especialista Juan David Jaramillo Fernández, doctor en Estructuras de la Universidad Nacional de México, explica que “los movimientos telúricos ocurren a una gran profundidad de la corteza y lo máximo que ha logrado llegar el ser humano es a 12 kilómetros. Ni siquiera sabemos qué materiales hay en la profundidad de la Tierra, ahora tampoco podemos predecirlos. Sí se puede estimar si en una zona específica podría haber un sismo en 20 años”, dice.
Respecto a los animales, los gatos y perros sí pueden tener unos sentidos más desarrollados de la vista y el olfato, por ejemplo, pero no se puede decir con seguridad si pueden predecir estos fenómenos naturales.
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Una de las primeras referencias que se conserva de este mito de los animales proviene de un relato del siglo IV antes de Cristo, que menciona el pánico de los animales de una ciudad, justo antes de que se produjera un sismo.
A pesar de la insistencia de esta idea, hasta el momento los científicos que han estudiado el asunto —en particular en China y en Japón— no han encontrado evidencias suficientes para afirmar o rebatir dicha creencia. En otras palabras, todavía no se sabe con certeza si los animales puedan percatarse de un terremoto antes de que ocurra.
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Los videntes y adivinos tampoco pueden predecir su ocurrencia, como algunos de ellos lo manifiestan. La amplitud de las profecías suelen ser el motivo de su acierto. Es decir, afirmar que un terremoto causará estragos en la humanidad es una apuesta casi segura por varias cosas: el crecimiento de las ciudades y la recurrencia de los terremotos hacen que el mensaje se cumpla en algún momento.
Y tampoco la respuesta está en la ciencia. Los científicos actualmente no cuentan con los instrumentos para hablar de un terremoto antes de que ocurra.
“Ningún científico en el mundo ha predicho un gran sismo. No sabemos cómo hacerlo, ni esperamos encontrar la solución en el futuro”, dijo en 2021 el Servicio Geológico de los Estados Unidos.
En diferentes partes del planeta existen creencias que relaciones tipos particulares de climas con los terremotos. En algunas zonas de Colombia, para no ir muy lejos, se cree que si hace sol y al tiempo llueve es muy probable que se produzca un movimiento de tierra.
Sin embargo, por ser los terremotos las consecuencias de los movimientos de placas tectónicas –es decir, de fenómenos que se dan debajo de la corteza terrestre– no hay una conexión causal entre el clima y ellos.
Además, los estudios de los servicios geológicos de varios países han detectado que los temblores se dan en igual proporción en las regiones de clima frío y en las de clima cálido.
¿Qué se puede hacer entonces?
Si bien ellos no se pueden predecir, cada país sí tiene la posibilidad de que un terremoto no sea tan catastrófico como el que ocurrió en Turquía. Si este fenómeno hubiese ocurrido en un país como Japón, no habría sucedido esta tragedia que dejó a más de 40.000 fallecidos. (Para saber más: ¿Por qué un terremoto puede ser tan catastrófico?).
Con una infraestructura sismorresistente y educación para la población sobre qué hacer en esos momentos, habría menos pérdidas de vidas y de edificaciones. Por eso, el llamado es a la educación de la ciudadanía y a que se cumplan los requisitos de construcción para futuras viviendas.