Son alrededor de cien las obras concesionadas, entre proyectos portuarios, férreos, aeroportuarios y viales que se están desarrollando actualmente en Colombia, todas con un objetivo común: acelerar el desarrollo en infraestructura para el país. Por esta razón todas son prioridad, no solo para la Nación, también para la transformación y beneficio de las comunidades.
“Lo que hacen los programas de Cuarta y Quinta Generación es cambiar la forma cómo se conecta el país a pesar de sus difíciles condiciones geográficas, por eso todas representan una urgencia”, explica Manuel Felipe Gutiérrez, presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI. “Hay que tratar de sacar estas obras lo más rápido posible y de la mejor forma. Si se tratara de vías secundarias o terciarias, por ejemplo, el enfoque sería diferente, pero todas son principales. En 5G va a pasar algo similar, todas las vías van a ser muy importantes y lo mismo con los corredores concesionados, como los que llevan la carga desde Bogotá hasta Santa Marta, de Bogotá a Buenaventura o de Medellín a la costa”, añade el funcionario.
Además de ser prioridad para la conectividad nacional, estas obras son clave para el desarrollo social y económico de las comunidades, como explica José Fernando Villegas, director ejecutivo de la Cámara Colombiana de Infraestructura, seccional Antioquia. “Son miles los empleos directos que generan. Solo en Antioquia son hasta 3 mil empleos directos, y una concesión como Pacífico, por ejemplo, tiene trabajadores de nueve municipios diferentes del Suroeste”.
En esto coincide Jaime Ramírez Ossa, ingeniero miembro de la junta directiva de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros, y que recuerda la importancia de que este sector regrese a sus labores lo más pronto posible. “De él dependen casi todos los niveles socioeconómicos del país”. Más de 35 mil empleados ya se han reincorporado, teniendo en cuenta los respectivos planes de reactivación y los protocolos de seguridad. La meta es activar hasta 55 mil puestos de trabajo.
Si bien todas las concesiones tienen la misma relevancia para el país, desde el inicio del confinamiento hubo unas que, desde su ingeniería no podían suspender operaciones y pasaron a convertirse en una prioridad para garantizar su estabilidad. “En las conexiones Mar 1 y 2, por ejemplo, estaba la construcción de una serie de viaductos que no se podían suspender; cerca de 100 frentes de la obra bajaron al 30 %, si se paraba en su totalidad corrían riesgo las estructuras. Estas decisiones eran fundamentales por temas estructurales o de estabilidad. Otras fueron las obras en el túnel de Occidente y la concesión Autopista al río Magdalena 2”, explica José Fernando Villegas.
Desde el punto de vista económico los equipos enfrentan distintas situaciones; una de ellas es la afectación de las fechas de entrega, otra tiene que ver con la financiación por parte de la banca privada internacional. “La forma de manejar la contingencia es muy diferente en todos los países, en algunos no se contempla que obras de esta magnitud se detengan, por eso es tan complejo que la banca internacional no comprenda los cambios en los cronogramas y los retrasos en la inversión [...] Es un tema delicado y el Gobierno, a través de la ANI, prioriza para que los proyectos 4G fueran los primeros en reanudar su trabajo y así fortalecer el tema financiero”, añade el director para Antioquia de la CCI.