Una persona de mi familia dejará el cigarrillo este 31 de mayo. La razón principal es porque es el Día Mundial Sin Tabaco. La otra razón: los riesgos de presentar un accidente cerebrovascular o un ataque al corazón son altos, le advirtió su médico.
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Como ella, hay 1.300 millones de consumidores de tabaco en el mundo y mueren alrededor de 8 millones de personas cada año (más de 7 millones de fumadores activos y más de 1 millón de no fumadores expuestos al humo ajeno). Además, la esperanza de vida de los fumadores es por lo menos diez años menor que la de los que no fuman.
En la actualidad la industria tabacalera ha diseñado 16.000 sabores de tabaco para “encantar” a los jóvenes y hacer más atractivos estos productos. A la final, lo que hacen es envenenarlos.
La industria diseña estrategias como los múltiples sabores que existen en el mercado. Algunos de ellos son frescos y mentolados, frutales, bebidas o incluso algunos saben a postres. Esto lo hacen para dinamizar su oferta y hacerla más atractiva a un público al que no le llegaban con el cigarrillo convencional. Es así como la industria es cada vez más estratégica y saben jugar: gastan al año más de 8.000 millones de dólares en publicidad.
El reciente informe Hooking the next generation (Enganchando a la próxima generación, en español) determinó que unos 37 millones de adolescentes de 13 a 15 años consumen tabaco, y en muchos países la tasa de consumo de cigarrillos electrónicos entre los adolescentes supera a la de los adultos. El estudio lo realizó la Organización Mundial de la Salud (OMS) y STOP, un organismo mundial de vigilancia de la industria tabacalera.
El documento expone que en Europa el 20 % de los jóvenes de 15 años encuestados consumieron cigarrillos electrónicos en los últimos 30 días. “A pesar de los importantes avances en la reducción del consumo de tabaco, la aparición de los cigarrillos electrónicos, y otros nuevos productos de tabaco y nicotina, suponen una grave amenaza para los jóvenes y el control del tabaco”, advierten desde la OMS.
Según cifras que entrega la Pontificia Universidad Javeriana desde el 2018 la población que vapea en el país aumentó en un 13 % pasando de 290.000 a 315.000.
Jorge Alday, director de STOP en Vital Strategies explica que esto se debe principalmente porque “los jóvenes adictos representan beneficios para la industria durante toda su vida y por eso presionan agresivamente para crear un entorno en el cual engancharse resulte barato, atractivo y fácil para los jóvenes”. Así logran vender.
Estas son las generaciones que más preocupan. Las familias y los docentes en las escuelas deben estar alertas de su consumo; además, hay que educar a esta población sobre los riesgos que trae para la salud. Por eso, este día la OMS busca concientizar sobre los estragos a la salud que estos dispositivos electrónicos -mal llamados “vapeadores” para que suene más bonito- pueden causar.
“Estas industrias se dirigen activamente a las escuelas, a los niños y los jóvenes con nuevos productos que son esencialmente una trampa sabor a caramelo. ¿Cómo pueden hablar de reducción de daños cuando están comercializando estos productos peligrosos y altamente adictivos en los niños?”, se pregunta Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
En Colombia se logró un gran avance. El 9 de mayo de este año se aprobó la Ley 2354 que regula el uso de “vapeadores”, marcando un hito hacia la protección de la infancia y juventud contra los riesgos asociados a su consumo.
Los riesgos a la salud
Los cigarrillos electrónicos, a diferencia de los convencionales, funcionan con una batería que calienta un líquido que produce un aerosol con diversos sabores. El usuario lo inhala mediante una boquilla.
Parecen ser inofensivos, un mecanismo sencillo y saben rico. Sus consumidores suelen pensar que los que hacen daño son los tradicionales. Sin embargo, no saben los riesgos asociados a estos dispositivos tecnológicos.
Durante el proceso de inhalar y exhalar, que forma esa nube de humo característica de los vapeadores, al cuerpo le entran partículas de compuestos orgánicos y volátiles, nicotina, sustancias químicas que causan cáncer y los saborizantes (que son lo más atractivo de estos dispositivos) y los que finalmente terminan “enganchando” a los jóvenes. También siembran la curiosidad en niños, porque los venden y los comercializan como si fueran caramelos.
“La industria reemplaza unos consumidores por otros. Hay un menor consumo de cigarrillos convencionales, y con el cigarrillo electrónico les prometen que no tienen tantos daños, pero es falso. Los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, un extracto líquido del tabaco que hace que sean altamente adictivos y más para niños y jóvenes”, advierte Alejandra Cañas Arboleda, Directora Científica del Hospital Universitario San Ignacio y docente de Medicina Interna y Neumología de la Pontificia Universidad Javeriana.
Y agrega: “Se ha comprobado que estas sustancias dañan las piezas dentales, la mucosa oral, causan enfermedades fibrosantes del pulmón, afectaciones a nivel cardiovascular y aumenta el riesgo a la adicción de otras sustancias como marihuana y cocaína”.
El consumo de los cigarrillos electrónicos afecta además el desarrollo del cerebro en adolescentes y los hace más propensos al consumo de cigarrillos tradicionales. Los estudios demuestran que usar estos dispositivos electrónicos multiplica casi por tres el consumo de cigarrillos convencionales, especialmente entre los jóvenes no fumadores.
“Exponerse de manera temprana a un dispositivo que contiene metales pesados, radicales, libres, afecta la salud de nuestros jóvenes. Además, también es nocivo para el medioambiente. Estamos cambiando una adicción por otra y es falso que sean menos dañinos que un cigarrillo convencional, porque contienen todas estas sustancias y el extracto líquido del tabaco que es la nicotina”, concluye Alejandra Cañas Arboleda.
¿Qué hay en el aerosol (“vapor”) de un cigarrillo electrónico?
Para profundizar en los compuestos del cigarrillo electrónico (que suelen ser desconocidos para sus consumidores) la American Cancer Society los clasifica así:
Compuestos orgánicos volátiles (VOC): estos compuestos se evaporan rápidamente en la atmósfera y son un riesgo para la salud al inhalarlos. Ellos producen irritación en los ojos, la nariz y la garganta, dolores de cabeza, náuseas y pueden causar daños en órganos como el hígado, el riñón y el sistema nervioso.
Productos químicos saborizantes: los más “atractivos” al momento de la compra. Dependiendo del sabor pueden ser sustancias “tóxicas”, ya que algunos estudios demuestran que en varios de ellos hay presencia de un químico llamado diacetilo, relacionado con la enfermedad bronquiolitis obliterante, una enfermedad pulmonar.
Formaldehído: esta sustancia produce cáncer si el e-líquido se sobrecalienta o no alcanza el elemento calefactor (conocido como “dry-puff”).
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¿Cuáles son los llamados a la acción?
-La OMS alienta a los jóvenes a instar a los gobiernos a aplicar medidas de prevención para el consumo de tabaco y la adicción a la nicotina y pedir a las corporaciones tabacaleras que rindan cuentas y se responsabilice económicamente de los daños que han causado en el pasado, los que causan en el presente y los que causarán en el pasado.
-La entidad de salud también envía un mensaje a los gobiernos para que apliquen y cumplan la prohibición total de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco y la representación del tabaco en los medios de entretenimiento, adoptadas en la COP 10 en febrero de 2024.
-Deben además aumentar los precios y los impuestos de los productos de tabaco y nicotina para hacerlos menos asequibles, prohibir la venta de estos productos a niños y adolescentes y proteger políticas de control del tabaco de la interferencia de la industria.
-Es responsabilidad de todos tener espacios libres de humo.