Nuevos elementos del sumergible turístico que implosionó en junio en el Atlántico Norte fueron recuperados a principios de octubre, así como otros “presuntos restos humanos”, anunció la Guardia Costera estadounidense.
El “Titán”, un pequeño sumergible de unos 6,5 metros de eslora, se sumergió el 18 de junio para observar los restos del Titanic y debía volver a la superficie siete horas después, pero, cuando aún no habían transcurrido dos horas, se perdió el contacto con la nave.
Entonces se puso en marcha una operación de rescate en busca de los pasajeros.
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Los equipos descubrieron que la nave había implosionado poco después de sumergirse, lo que causó la muerte en el acto de los cinco ocupantes, entre quienes se hallaba Stockton Rush, jefe de OceanGate, propietaria de la nave.