La Biblioteca Pública Piloto de Medellín inauguró este jueves 19 de diciembre la exposición El Pulso de las Imágenes, un homenaje al legado fotográfico de Horacio Gil Ochoa. La muestra, que estará abierta al público hasta marzo de 2025, ofrece una visión más íntima de este fotógrafo, conocido principalmente por su trabajo en el ámbito deportivo.
“Queríamos mostrar una visión más íntima de su trabajo, con algunas de sus fotografías inéditas, muchas de las cuales provienen de sus archivos privados” dijo Susana María Londoño Plata, curadora del Museo Cámara de Maravillas de la BPP. El trabajo curatorial estuvo a cargo del equipo de la BPP y de la familia del fotógrafo, cuyo trabajo se publicó en las páginas de EL COLOMBIANO, El Tiempo, Occidente, El Periódico, Deporte Gráfico, Nuevo Estadio, Vea Deportes, El Correo y la Revista Mundo Ciclístico.
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La exposición incluye cerca de 60 fotografías impresas y 20 imágenes presentadas en formato de video, cuidadosamente seleccionadas para mostrar la diversidad de su trabajo. Estas imágenes no solo revelan la faceta de Gil Ochoa como fotógrafo del ciclismo colombiano, sino que también muestran su mirada sobre la vida social, industrial y publicitaria de Medellín y Antioquia. Sus fotos dejan intuir el espíritu de la ciudad en las décadas de los cincuenta hasta los setenta.
El artista del pedal detrás del lente
Nacido en 1930 en Barbosa, Horacio Gil Ochoa comenzó su carrera en la fotografía a mediados de la década de 1950, cuando trabajaba en un almacén de artículos fotográficos. En 1956 fundó una revista llamada Ciclismo, en la que publicó varios números, y fue en este contexto que adquirió su primera cámara fotográfica. A partir de 1957, Gil Ochoa dedicó su vida a la fotografía, cubriendo eventos deportivos, especialmente carreras de ciclismo. Con el paso del tiempo, su lente comenzó a capturar no solo los eventos deportivos, sino también otros aspectos de la vida social, política y económica de la región.
La obra de Horacio Gil Ochoa sigue viva gracias al Fondo Gil Ochoa, un archivo compuesto por más de 300.000 negativos que la Biblioteca Pública Piloto custodia desde 2003. Este fondo fue adquirido en un momento en que los negativos de Gil Ochoa ya comenzaban a deteriorarse debido a la falta de condiciones adecuadas de conservación.
Juan Felipe Gil Escobar, hijo de Horacio y heredero del archivo, también ha sido testigo de la importancia que este archivo tiene para la preservación de la memoria histórica de la ciudad. “Es maravilloso ver cómo las nuevas generaciones aprecian sus fotos, especialmente las de ciclismo. El hecho de que se reconozca su trabajo ha sido un orgullo para la familia. La exposición ha tenido una gran acogida, tanto en las redes sociales como en la Biblioteca Piloto”, dijo.
Horacio Gil Ochoa murió en 2018 en Medellín.
