El disparo con el que el odontólogo Walter Palmer mató en julio pasado al icónico león Cecil, en Zimbabwe, fue solo la última acción publicitada contra estos grandes felinos.
Salvo en el sur de África, las poblaciones de estos felinos del top de la cadena alimenticia descienden a ritmo acelerado en el centro de ese continente. La pérdida de hábitat y la falta de presas para consumir (por cacería), más los conflictos con los ganaderos, son responsables.
Un estudio de octubre pasado en Proceedings of the National Academy of Sciences, conducido por Hans Bauer y colegas, analizó 47 poblaciones con 8.221 leones (Panthera leo), estimando 67% de probabilidad de que las poblaciones de África Central y Occidental pierdan la mitad en menos de dos décadas, un 37% las de la región oriental.
En diciembre, el Servicio de Pesca y Vida Salvaje de Estados Unidos anunció que clasificará como amenazadas dos subespecies, Panthera leo melanochaita del sur, y Panthera leo leo en el centro y oeste africanos y en India.
Las subespecies son grupos dentro de especies, que son diferentes genéticamente pero capaces de reproducirse entre ellos.
Estudios han revelado que quedan unos 1.400 P. leo leo, 900 de ellos en África, siendo mayor la población de los P. leo melanochaita, alrededor de 17.000, en su mayoría en áreas protegidas.
Aunque parecen muchos, hace 60 años había cerca de 200.000 leones. El descenso ha sido continuo.
La protección, bajo la cual se restringirá aún más el ingreso de trofeos de caza, entrará en rigor este viernes 22.
La movida americana hará más difícil la entrada de cabezas, garras y pieles de león, que hoy son importadas con menos restricciones.
Estados Unidos importó como trofeos partes de 714 leones en 2014, 373 de ellos obtenidos en las cacerías en sitios confinados. El 90% de quienes usan esas instalaciones son estadounidenses, según un informe de la BBC.
La nueva categorización podría disminuir la práctica en esos lugares de Sudáfrica donde las poblaciones de leones se han recuperado en zonas protegidas y donde muchos son criados en áreas restringidas para ofrecérselos a los cazadores.
Mark Jones, de la Fundación Nacidos Vivos, dijo al medio londinense que esa medida será útil y ahora hay que alentar a las autoridades de la Unión Europea para que procedan en igual forma.