Conozca cuáles son las características de este tipo de proyectos, así como su impacto y los beneficios económicos.
Las edificaciones sostenibles son aquellas que, desde su concepción hasta su demolición, están diseñadas para respetar y preservar el medio ambiente. Estas construcciones incorporan una serie de prácticas y tecnologías que reducen el impacto ambiental, tanto en la selección de materiales reciclables como en el uso de energías renovables, la disminución en la huella de carbono y en los consumos de agua y energía.
Por esto, la sostenibilidad ha pasado de ser un lujo a una necesidad. Así lo explica el ingeniero ambiental Julian Ospina Vergara: “El sector de la construcción es responsable de aproximadamente el 38 % de las emisiones de carbono a nivel mundial, asociadas con la operación de edificaciones”.
Al día de hoy, dos de cada diez proyectos de vivienda nueva en Antioquia son ecoamigables. “En Colombia se están construyendo alrededor de 20 millones de metros cuadrados certificados bajo construcción sostenible, dentro de los cuales unos 14 millones están bajo una certificación que se llama Edge y los 6 millones restantes, bajo otras certificaciones”, explica el ingeniero. “Ese tipo de inmuebles tienen mayor apetito en el mercado y se valorizan más”, argumenta Ospina Vergara, debido a que permiten un ahorro de agua y energía que puede variar entre el 30 y el 40 %, dependiendo del tipo de certificación y las características técnicas de cada proyecto.
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Beneficios para la salud
El impacto de las edificaciones sostenibles se refleja también en el bienestar de sus residentes. Gracias a una mejor calidad del aire, iluminación natural y temperatura controlada, estas construcciones generan ambientes más saludables para vivir y trabajar, ya que, según Biviana Villegas, directora de Gestión Integrada en Arquitectura y Concreto, desde la concepción de estos proyectos, se tienen en cuenta materiales acordes para el clima y el entorno en el que están ubicados.
Saber invertir
Biviana Villegas y Julián Ospina aconsejan a los compradores que, antes de hacer una inversión en un proyecto sostenible, se cercioren de la autenticidad y calidad de los proyectos; por esto existen diversas certificaciones reconocidas internacionalmente, como Leed, Edge, Casa Colombia, entre otras. En coherencia con lo anterior, dicen los expertos, se debe verificar que haya sido construido por una empresa con respaldo y trazabilidad financiera, en cuyas prácticas cotidianas se vea reflejado el respeto por los ecosistemas locales.
Beneficios crediticios
El bolsillo también se puede beneficiar con la compra de un inmueble ecoamigable. Julián Ospina explica que algunas entidades financieras ofrecen la opción de los llamados “créditos verdes”, es decir, que los inversores en este tipo de proyectos tienen la posibilidad de obtener una tasa de interés diferencial, con una reducción entre uno y dos puntos porcentuales, lo cual, si se tiene en cuenta que un crédito hipotecario dura en promedio entre diez y quince años, puede representar un ahorro significativo a largo plazo.
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Dos apuestas por la sostenibilidad
En El Retiro existe un proyecto comprometido con la sostenibilidad: Hacienda La Argentina, de Londoño Gómez y Arquitectura y Concreto. Como prueba de ello, esta unidad residencial, conformada por 14 edificios de apartamentos y 134 lotes de casas, recibió la precertificación del sistema Casa Colombia por parte del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS), como garantía del cumplimiento de estándares internacionales en cuanto al ahorro de agua y energía. Esta urbanización tiene contemplada la creación de un parque natural alrededor de la quebrada La Agudelo, como una invitación a preservar el ecosistema.
Otra construcción que también obtuvo esta certificación del CCCS, a finales del 2023, es la primera etapa de Vilanova Condominio, un conjunto residencial de 34 casas campestres ubicadas en la ciudad de Neiva, caracterizado por su arquitectura bioclimática, el uso de luminarias LED y paneles solares. La obra fue construida por la firma A+C Constructores y, según el CCCS, se trata del primer proyecto con certificación sostenible en el departamento del Huila, en una apuesta por utilizar los recursos del presente sin comprometer los del futuro.
