La Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó recientemente en un informe que la tuberculosis es la principal causa infecciosa de muerte en el mundo, superando incluso las ocasionadas por el covid-19 y casi doblando a las relacionadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
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“La tuberculosis ha vuelto a ser en 2023 la principal causa infecciosa de muerte en el mundo (...) aproximadamente ha provocado 1,25 millones de muertes en 2023, incluidos 161.000 que tenían VIH”, declaró la directora del Programa Mundial de Tuberculosis de la OMS, Tereza Kasaeva, durante una rueda de prensa.
Es así como a pesar de los avances médicos, la tuberculosis sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más mortales del mundo. Causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, afecta principalmente a los pulmones, aunque puede diseminarse a otras partes del cuerpo y se transmite cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, permitiendo que las bacterias se dispersen en el ambiente y sean inhaladas por otras personas.
Se presenta principalmente como una infección pulmonar, aunque puede afectar otras partes del cuerpo como los riñones, el cerebro y la columna vertebral, lo cual puede diversificar sus manifestaciones. Uno de los síntomas más característicos es una tos persistente que dura semanas e incluso meses, acompañada en ocasiones de esputo que puede contener sangre.
¿Cómo es la situación de la tuberculosis en Medellín?
Recientemente, en Colombia, con corte al 16 de marzo de este año, el Instituto Nacional de Salud (INS) identificó 3.027 casos de tuberculosis y de estos, 2.766 casos son incidentes.
El boletín epidemiológico presentó un incremento en las incidencias de tuberculosis a nivel nacional en el 2023, comparado con el año anterior y se logró superar el incremento de 2019. Las cifras de 2023 dicen que hubo 19.675 casos de 2019 y un incremento de 12,5 % de los casos con respecto a 2022, que fueron 17.495.
Las ciudades con mayor número de casos fueron: Medellín (418), Bogotá (226), Cali (213), Barranquilla (122) y en algunos municipios de Bucaramanga (100), Cúcuta (95), Rivera (81) y Villavicencio (72). En Medellín, la probabilidad de contagiarse de esta enfermedad es de 2.7 más que en el resto del país, según cifras suministradas por la Secretaría de Salud del Distrito de Medellín.
En 2022, la Gobernación de Antioquia confirmó que 17.460 casos en el país, y especialmente este departamento, fue uno de los que tuvo mayor carga de tuberculosis con un (70,4 %). Le siguieron el Magdalena Medio (64,3 %) y Urabá, con 29 casos por 100.000 habitantes.
Innovación en la ciudad
Investigadores de la Universidad de Antioquia llevan décadas trabajando en la tuberculosis y recientemente presentaron un modelo que puede predecir la gravedad de la enfermedad desde el día 0 y guiar el tratamiento de manera efectiva, durante los seis meses siguientes.
“Con una cohorte de 88 pacientes aptos, se logró la integración de varios tipos de estudios y se creó un modelo predictivo confiable que podrá ser replicado a mayor escala en diferentes partes del mundo”, contó Andrés Baena García, profesor de la Facultad de Medicina y miembro del Grupo de Inmunología Celular e Inmunogenética —Gicig— de la UdeA.
Se trata de un algoritmo que tiene en cuenta la valoración clínica del paciente, la medición de citoquinas —proteínas que regulan el funcionamiento de las células— en su sangre y, a través de la secuenciación genómica —método que determina la composición genética—, el tipo específico de Mycobacterium tuberculosis que generó el contagio.
“Para la ciudad es un aporte revolucionario, si tenemos en cuenta que mientras la tasa nacional de contagiados por tuberculosis se estima en 35 casos por cada 100 000 habitantes, para la capital de Antioquia es de 97 casos por cada 100 000 habitantes”, anotó Rita Elena Almanza Payares, líder de epidemiología de la Secretaría de Salud de Medellín.
“Se evaluaron todos los frentes: las personas, su comportamiento celular y el microorganismo que está produciendo el daño, porque regularmente las investigaciones se basan en lo que pasa con el paciente”, dijo Juan Fernando Alzate Restrepo, director del Centro Nacional de Secuenciación Genómica de la Universidad de Antioquia, quien añadió que por tratarse de un modelo predictivo se evaluaron los contagiados en el tiempo 0 —al inicio—, a los dos meses y a los seis meses, cuando regularmente termina el tratamiento.
Según el profesor Baena García, “se dieron pasos trascendentes y beneficiosos para el paciente quien, en resumen, sufre menos, disminuye el riesgo de complicaciones y secuelas y ahorra costos en su tratamiento”.
Y es que de acuerdo con los estudios de la Organización Mundial de la Salud —OMS—, la gravedad o severidad de la tuberculosis pulmonar activa es un potente determinante de los contagios, la morbilidad, la mortalidad y los resultados del tratamiento.
“Esto sin contar que es un alivio para el sistema de salud, que no tendrá que emplear personal ni recursos adicionales por la falta de precisión en el diagnóstico inicial, lo que genera extensiones y cambios en el suministro de medicamentos y atención de secuelas”, expuso Alzate Restrepo.
Para Almanza Payares, el modelo desarrollado es un aporte crucial que podría facilitar la toma de decisiones sobre el pronóstico y tratamiento de la infección, que se podría proponer como una herramienta de alto valor en los sistemas de salud local y nacional.
“En Medellín existe un programa de atención a la tuberculosis, sin embargo, todos los pacientes no logran acceder, hay retrasos en los diagnósticos y dificultades en los procesos de seguimiento, lo que derivó en que para 2022, por ejemplo, 272 personas murieran por la enfermedad”, destacó.
Método de trabajo
“Sabíamos que aunque todos los pacientes estaban contagiados los niveles y síntomas de la enfermedad no eran los mismos, por ejemplo, había algunos que tosían con sangre, por su grado de destrucción del tejido pulmonar”, explicó Baena García, quien profundizó en que la tarea fue comparar estos síntomas, las pruebas de sangre y las variantes de la bacteria —Mycobacterium tuberculosis—, para establecer si había algún grado de asociación.
Con las pruebas de sangre se estableció que la presencia alta de ciertas citoquinas como la Interleucina 6, Interferón Gamma y Quitinasa 1; significaban un semáforo en amarillo en la posibilidad de tener una infección severa.
Además, a través de la secuenciación genómica, en cuanto al tipo de Mycobacterium tuberculosis, se llegó a la conclusión de que el linaje que afecta a los colombianos es el cuatro. “Con el linaje claro, buscamos con mayor profundidad las características puntuales de cada uno de los microorganismos que atacaron a los 88 pacientes pertenecientes al estudio, y con la lectura exhaustiva de sus libros genéticos encontramos el comportamiento de cada subtipo de la bacteria y que la hacía más o menos peligrosa”, argumentó Alzate Restrepo.
La suma de hallazgos se organizó en una fórmula que, de ser implementada en el sistema de salud, le permitirá a los pacientes y personal médico saber la severidad de la enfermedad, desde su inicio, y formular tratamientos diferenciales.
En la selección de los 88 pacientes colombianos —con el apoyo de la EPS Sura y la Empresa Social del Estado Metrosalud—, se tuvo en cuenta que no presentaran resistencia a los antibióticos de sus tratamientos y que fueran inmunocompetentes, para conocer las fluctuaciones comunes de la bacteria y no las de casos excepcionales. También, que sus bacterias pudieran ser aisladas para el análisis del ADN.
La mediana de edad de la población de estudio fue de 26.5 años y la frecuencia de mujeres del 53.7 %.
El estudio estuvo a cargo del Centro Nacional de Secuenciación Genómica —CNSG— y el Grupo de Inmunología Celular e Inmunogenética —Gicig—, los dos de la UdeA.
Además, la investigación contó con los aportes de Luis Fernando Barrera, profesor jubilado del Instituto de Investigaciones Médicas de la Facultad de Medicina de la UdeA, y de Juan Camilo Ocampo, quien es quien se tituló con este proyecto como magíster en Ciencias Básicas Biomédicas por la Alma Máter.
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En un trabajo anterior, los mencionados grupos consiguieron la identificación de dos variantes o linajes de la bacteria que produce la tuberculosis en Colombia y Perú. “Es evidente que no se está luchando contra el microorganismo que trajeron los españoles hace cinco siglos y uno de los aportes más significativos de nuestra labor es que sepamos leer las variaciones que ha tenido la bacteria, lo que vislumbra nuevos senderos para la investigación”, concluyó Alzate Restrepo.