Durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, que se realiza cada año (desde 1963) con el fin de intercambiar ideas frente a políticas de seguridad internacional, el filántropo y empresario Bill Gates conversó largo y tendido sobre la actual pandemia del coronavirus.
Durante su intervención, además de señalar que la emergencia sanitaria tendría fin este año gracias a las vacunas y al surgimiento de la variante ómicron, alertó en torno a la posibilidad de que llegue una nueva pandemia causada por un microorganismo distinto a los de la familia del coronavirus.
Señaló, sin embargo, que los avances tecnológicos en medicina y salud podrían ayudar más efectivamente a combatirla, y agregó que si había una respuesta racional, “lo cogeremos a tiempo y no se hará global como esta vez”.
Desde hace varios años, el empresario se aventura a realizar predicciones en torno a la salud pública mundial. En 2015, por ejemplo, cuando el planeta fue testigo de un brote de ébola que amenazó con expandirse, sugirió que era necesario poner toda la fuerza en la investigación sobre vacunas y el entrenamiento de los trabajadores de la salud.
“La falta de preparación podría hacer que la próxima epidemia sea mucho más devastadora que la del ébola”, dijo hace más de quince años. “Puede que exista un virus con el que las personas se sientan lo suficientemente bien mientras están infectadas para subirse a un avión o ir al supermercado y eso haría que se extienda por todo el mundo de manera muy rápida”, acertó.
¿Qué dicen los expertos?
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ya había afirmado a finales del 2021 que el covid-19 no sería la última pandemia a la que deba enfrentarse la humanidad. De hecho, hizo un llamado a las autoridades para que se preparen desde ahora ante nuevos brotes infecciosos.
“Todo brote, dondequiera que surja, puede convertirse en una pandemia”, enfatizó y pidió aumentar las inversiones para la vigilancia, la detección temprana y los planes de respuesta inmediata.
Otros expertos, por su parte, han comentado que una próxima emergencia podría llegar de la mano de la resistencia a los antibióticos: las bacterias que logran escapar de los medicamentos disponibles. Estas podrían ser una amenaza para el 2050.
“No es solo que me afecten a mí porque son las que me están enfermando, sino que yo puedo contagiar a otros y diseminar la resistencia. Es un problema grave, de hecho, en los hospitales ya vemos que es complicado tratar algunas infecciones”, le explicó a EL COLOMBIANO el médico epidemiólogo Carlos Agudelo.
En un sentido similar, profesionales en salud pública han reseñado que las enfermedades crónicas y los efectos del covid en el organismos (long covid y síndrome postcovid) podrían constituirse en próximos brotes que requieran atención preferente.
Colombia, por ejemplo, atravesaría tres tipos de eventos: el síndrome postcovid, que hace referencia a las recaídas que puede tener una persona que estuvo infectada; las secuelas por haber estado en Unidad de Cuidados intensivos u hospitalización; y el long-covid o covid prolongado que implica tener síntomas de la enfermedad durante semanas o meses (incluso si ya se superó la infección).
“El país debe organizarse porque no está listo, hay que preparar sitios para atender esos eventos”, dijo a este medio Luis Jorge Hernández, salubrista epidemiólogo y docente de la Universidad de los Andes. Entre los servicios que más demanda tendrían están las consultas generales, especializadas, terapias de rehabilitación pulmonar, cardiaca, fisiatría.
La dinámica económica y social, la movilidad entre países, los cambios en el uso del suelo, la deforestación y el comercio de animales silvestres son algunos de los factores que podrían influir en el desarrollo de una próxima emergencia de niveles pandémicos. Ante esto, continuó Hernández, hay que revisar y modificar si es necesario “el modelo de desarrollo, de ciudad, responder a la contaminación, la crisis climática y alimentaria”.
Soluciones para lo que viene
El magnate dueño de Microsoft comentó en el mismo evento que entre las soluciones para enfrentar adecuadamente una situación similar a la de hoy, hay que asegurar que el suministro de fármacos como las vacunas se haga de forma racional, de manera que “se pueda abastecer a toda la humanidad en un periodo de tiempo corto”.
Así mismo, hizo referencia a la importancia de los avances en tecnología, poniendo como ejemplo lo ocurrido con el mecanismo de ARN mensajero, que avanzó a pasos de gigante gracias a la inversión económica y la urgencia del contexto.
A través de su Fundación Bill y Melinda Gates, el empresario ha encauzado la fuerza de sus recursos económicos invirtiendo en programas como Covax, que se encarga de comprar y distribuir las vacunas contra covid en los países de más bajos ingresos.
Por lo pronto, el mundo continúa tratando de sobreponerse a la covid-19. Ni la circulación de la variante ómicron, que ha demostrado causar una enfermedad menos grave, es garantía del fin de la emergencia actual.
Lo más seguro ahora es que el virus seguirá mutando en su interacción con los seres humanos, y que es impredecible. No obstante, le explicó a EL COLOMBIANO el virólogo y docente titular de la Universidad Cooperativa de Colombia, Jose A. Usme-Ciro, “los grandes cambios están sucediendo justo ahora, pues responden a la transición de una población humana ‘virgen’ (sin reto previo por este virus) a una población inmunizada”.
Se sabe que al tratarse de un virus “nuevo”, cambia mucho porque se transmite mucho, pero en la medida en que se establezca entre la población, habrá más elementos para responder a él.
