Cada año la OMS entrega el Informe mundial sobre el paludismo en el que realiza una evaluación completa de las tendencias en cuanto al control y la eliminación de la malaria (también llamada paludismo) en todo el mundo.
Particularmente el informe de 2021 (es decir, de lo ocurrido en 2020) se basa en información recibida de países endémicos entre los que se encuentran Colombia, Angola, Argentina, Afganistán, Bolívar, Malawi, etcétera.
Así pues el año pasado hubo 241 millones de casos de paludismo y 627.000 muertes asociadas a la enfermedad en todo el mundo.
¿Por qué preocupa? Porque son 14 millones y 69.000 casos y muertes adicionales en comparación con lo ocurrido en 2019.
Un dato importante es que cerca de dos tercios de estas muertes adicionales (47.000) estuvieron relacionadas con la interrupción de programas de prevención, diagnósticos y tratamiento a causa de la pandemia de la covid-19.
Es preocupante, pero podría ser peor
Pese a que las cifras son altas, a inicios de la pandemia la OMS había proyectado un escenario más preocupante: que solo en África subsahariana los casos se duplicaran. Sin embargo, muchos países tomaron medidas urgentes de prevención y promoción para evitarlo.
Esa región del mundo sigue soportando la mayor carga de la enfermedad, pues representa cerca del 95 % de todos los casos y el 96 % de todas las muertes en el mundo. Además, alrededor del 80 % de las muertes allí ocurren entre niños menores de 5 años (quienes en general son los más afectados por la infección).