La OMS define las enfermedades cardiovasculares como un conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos que incluyen la hipertensión arterial, cardiopatía coronaria (infarto de miocardio), enfermedad cerebrovascular, enfermedad vascular periférica, insuficiencia cardíaca, cardiopatía reumática, cardiopatía congénita y las miocardiopatías. La entidad prevé que para 2030, casi 23,6 millones de personas morirán por alguna enfermedad cardiovascular.
A pesar de que ha aumentado la conciencia general sobre el cuidado, las cifras siguen siendo altas a causa de estilos de vida poco saludables (alimentación poco sana, sedentarismo, tabaquismo), estrés y desconocimiento sobre qué hacer cuando se está frente a un infarto o un problema cardiovascular.
Según el Internista cardiólogo Jorge Luis Ferreira Daza, lo más importante es identificar los síntomas de alarma para una atención rápida y oportuna. Hay diferencias en las manifestaciones entre hombres y mujeres, siendo de inicio más temprano en los hombres, pero de alto riesgo en las mujeres después de la menopausia cuando se pierde el efecto cardioprotector hormonal de los estrógenos. En la mujer el compromiso de las arterias coronarias es más microvascular y los síntomas son difusos lo que puede llevar a que sean subvalorados y se retarde el diagnóstico y el tratamiento.
El tiempo es oro
En el momento en que la persona comienza a tener síntomas comienza a correr el cronómetro. Si se desbloquea la arteria y se hace pasar la sangre o se administran anticoagulantes antes de 60 minutos, se puede salvar la totalidad del tejido muscular cardiaco; antes de dos horas, todavía se puede salvar la mayor parte de los tejidos; a las seis horas posiblemente se podrá salvar menos del 50 % del tejido y después de 12 horas, ya no es recuperable.
No todos los centros médicos están equipados para realizar terapia trombólitica (administración de anticoagulantes endovenosos que rompen o disuelven los coágulos) o cateterismo coronario, (dilatación de la arteria obstruida) y por lo tanto es importante confirmar que el centro hospitalario al que se acuda sí pueda realizarlos.
En el caso de isquemia o derrame cerebral, también se debe correr, afirma Pablo Robles Vergara, internista vascular. En un derrame cerebral se rompe una arteria que lleva sangre al cerebro, lo que priva los tejidos del oxígeno que necesitan. Mientras más pronto se aplique el tratamiento, menos daños y secuelas se producirán.
También señala que cuando hablamos de eventos vasculares periféricos, se cuenta con un poco más de tiempo, pero tampoco se pueden descuidar. El sistema circulatorio es el que lleva el oxígeno a los tejidos, y sin este oxígeno pueden morir. Si no se trata a tiempo, una isquemia puede desembocar en la amputación de la extremidad afectada.
Ambos médicos coinciden en la importancia de la prevención. No fumar, comer sano, mantener un peso saludable, hacer por lo menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física enérgica a la semana y mantener el colesterol total por debajo de 200 mg/dl, la presión arterial por debajo de 120/80 mmHg y la glucosa en sangre, en ayunas, por debajo de 100.
