Lenovo —la empresa que en 2014 compró a Motorola— respondió a la decisión de la justicia nacional de suspender la importación y la venta en Colombia de celulares Motorola, luego de estudiar tres demandas de “infracción de derechos a la propiedad industrial”, que la multinacional Ericsson había radicado en los estamentos competentes. “Estamos decepcionados de que Ericsson continúe solicitando medidas cautelares cuando Lenovo ha demostrado repetidamente su buena voluntad, respaldada por una fianza garantizada, de obtener una licencia en términos FRAND”, se lee en el comunicado de prensa.
La medida a la que se refiere Lenovo fue la tomada por la Superintendencia de Industria y Comercio, que cobija ocho series de teléfonos de Motorola. A saber: Motorola ThinkPhone (Modelo XT2309-2), Motorola Razr 40 Ultra (Modelo XT2321-1), Motorola Razr 40 (Modelo XT2323-1), Motorola Edge 40 (Modelo XT2303-2), Motorola Edge 30 Ultra (Modelo XT2241-2), Motorola Edge 30 Fusion (Modelo XT2243-1), Motorola Edge 30 Neo (Modelo XT2245-1), Motorola Edge 30 Pro (Modelo XT22101-1) y Moto G200 (Modelo XT2175-1).
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“Como líder tecnológico global, Lenovo respeta la inversión en innovación, pero se compromete a impulsar una mayor equidad en las negociaciones de licencias para garantizar más acceso de los consumidores a tecnología. El uso de medidas cautelares por parte de Ericsson contra un licenciatario dispuesto es exactamente el tipo de comportamiento que los tribunales nacionales y la regulación global propuesta deben abordar”, afirmó John Mulgrew Deputy, General Counsel and Chief Intellectual Property Officer global de Lenovo.
Además del retiro de las series de teléfonos indicadas, Lenovo deberá pagar una caución por $ 2.700 millones de pesos, según expertos en la legislación colombiana.