El presidente Donald Trump anunció una nueva iniciativa tecnológica de su gobierno. Se trata de Stargate, un megaproyecto de inteligencia artificial (IA) que supondrá inversiones de al menos 500.000 millones de dólares en Estados Unidos.
Para esto, el nuevo mandatario se asociará con las empresas tecnológicas Oracle, compañía dedicada al almacenamiento de datos; OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, y el conglomerado chino Softbank.
Trump anunció el megaproyecto el pasado 21 de enero en una conferencia en la Casa Blanca. Allí estuvieron presentes los multimillonarios Lary Ellison, presidente de Oracle; Sam Altman, CEO de OpenAI, y Masayoshi Son, director de SoftBank.
El presidente aseguró que Stargate erigirá la infraestructura física y virtual para impulsar la próxima generación de avances en IA, incluida la construcción de “centros de datos colosales”. La iniciativa tendrá una inversión inicial de 100.000 millones de dólares y a lo largo del mandato de Trump contará con otros 500.000.
“SoftBank y OpenAI son los socios principales de Stargate, teniendo SoftBank la responsabilidad financiera y OpenAI la responsabilidad operativa”, señaló la casa matriz de ChatGPT en un comunicado publicado en la red social X. La compañía dirigida por Altman también aseguró que esta iniciativa colocará a Estados Unidos a la vanguardia en IA en el mundo y que creará miles de trabajos.
De acuerdo con declaraciones de estas compañías, la sede de Stargate ya se encuentra en construcción y el objetivo es encontrar otras locaciones a lo largo del país a medida en que van desarrollando el acuerdo.
Este anuncio ocasionó que las acciones de estas empresas tuvieran un aumento en la bolsa. Por ejemplo, Ellison, la cabeza de Oracle, le sumó 12.000 millones de dólares a su fortuna debido al alza que tuvieron las acciones de su compañía. Ese día lo finalizó como el tercer hombre más rico del mundo, incluso por encima de Mark Zuckerberg, director de Meta.
La llegada de Stargate se produce un día después de que Trump anulara una orden ejecutiva de su predecesor, Joe Biden, que establecía medidas de supervisión para las empresas que desarrollen potentes modelos de IA. Su derogación deja a Estados Unidos, y al nuevo proyecto de Trump, sin directrices nacionales de desarrollo de esta tecnología.