Para muchos, los videojuegos son más que un pasatiempo. Pueden ser una forma de aprender, inspirarse, conocer personas y hacer amigos en comunidades online, así como una manera de poner a prueba su destreza y concentración, o incluso convertirse en un proyecto de vida para quienes se dedican profesionalmente a los eSports.
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Sin embargo, lo que para muchos es diversión, para otros se puede transformar en una obsesión poco sana o incluso una adicción. Para manejarlo en casa, las compañías tecnológicas han desarrollado filtros parentales que permiten controlar el tiempo que los niños dedican a los videojuegos e, incluso, el tipo de contenidos con los que interactúan en la videoconsola, computador o dispositivos móviles. Pero, ¿es suficiente?
La adicción a los videojuegos no es un fenómeno nuevo. “El acceso a diferentes consolas ahora parece más sencillo que antes, cuando se veía como un lujo tener uno de estos dispositivos”, explica Justo Mesa, director del departamento de psicología del Gimnasio Moderno.
Según el especialista, con el auge de los MMORPG (Massively Multiplayer Online Role-Playing Games), como World of Warcraft, lanzado en 2004, se registraron casos de personas que sufrieron colapsos por pasar horas e incluso días frente a la pantalla.
Hoy no se habla de WOW, sino de Overwatch o Fortnite, títulos que han atraído a millones de jugadores en todo el mundo, por lo que el riesgo de adicción sigue presente.
Mesa comenta algunos signos de alarma en los menores cuando se obsesionan con los videojuegos: “Se vuelven niños retraídos y poco sociables, dejando a un lado las responsabilidades del colegio”. Además, menciona que estos juegos pueden llevar a cambios en el comportamiento, como falta de concentración y agresividad constante.
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Consejos para prevenir la adicción
La Dra. Liliana Camargo, pediatra y especialista en medicina integrativa, señala que “el uso frecuente de videojuegos modifica la estructura y función de regiones cerebrales específicas que son de gran importancia para funciones cognitivas como la atención, la percepción, la memoria y las funciones ejecutivas”, que son esenciales para el desarrollo de los niños y pueden verse comprometidas si se pasa demasiado tiempo frente a las pantallas.
La experta recomienda que los padres establezcan normas claras sobre el uso de videojuegos. “El tiempo y la frecuencia que se dedica a jugar es un punto clave para evitar que se llegue a una adicción”, asegura.
Entre sus tips también se incluye jugar en familia para conocer de primera mano los contenidos a los que acceden los menores, así como dialogar sobre los riesgos de hablar con personas desconocidas en línea y la importancia de proteger su privacidad.
En esa misma línea, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) publicó una guía para padres en que recomiendan a los adultos que participen activamente en la elección de los videojuegos que sus hijos juegan, revisando la clasificación PEGI (Pan European Game Information), que indica la edad apropiada para cada juego. “Establecer reglas de juego claras sobre los contenidos, los horarios y la cantidad de tiempo es fundamental”, señala la entidad.
El acompañamiento es clave
Aunque los filtros parentales son útiles, no son la única solución. “No hay que satanizarlos y mucho menos prohibirlos porque esto hará que los niños y jóvenes sientan más curiosidad”, aconseja Mesa.
En lugar de prohibir, sugiere que los padres acompañen a sus hijos en la experiencia de juego, estableciendo tiempos de exposición y acuerdos que no alteren la rutina diaria, como las horas de sueño, las tareas escolares o el tiempo para hacer deporte.
Finalmente, es esencial que los padres estén atentos a los síntomas de adicción, como cambios drásticos en el comportamiento, la falta de concentración o el aislamiento social.
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Según el DSM-5, manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales, algunos de los criterios diagnósticos para el “Trastorno por juegos de internet” incluyen la obsesión con los videojuegos, la necesidad de pasar cada vez más tiempo jugando para lograr satisfacción, y la irritabilidad o ansiedad cuando no se puede jugar.
¿Cuántos gamers hay en Colombia?
Un reciente estudio de consumo realizado por la consultora Bain & Company reveló que el 13% de los colombianos dedica su tiempo libre a actividades digitales, como los videojuegos y las redes sociales, lo que destaca el impacto de la digitalización en la vida cotidiana y las preferencias de entretenimiento de hoy en día, de ahí la importancia de hablar de estos temas en el hogar.