En un nuevo hito para la exploración espacial, la Nasa ha logrado restablecer contacto con la sonda Voyager 1, una misión que ha superado expectativas durante más de cuatro décadas, pues lanzada en 1977, esta nave se encuentra en el espacio interestelar y es el objeto más lejano creado por el ser humano, a una distancia aproximada de 24.000 millones de kilómetros de nuestro planeta.
Lea también: La Voyager 1, la primera nave espacial en salir del sistema solar
Así que el logro representa un testimonio del ingenio y la persistencia de los ingenieros espaciales frente a los desafíos técnicos que surgen con el paso del tiempo.
Una comunicación interrumpida por más de un año
El problema comenzó en noviembre de 2023, cuando la Voyager 1 empezó a enviar datos incomprensibles desde su subsistema de datos de vuelo (FDS, por sus siglas en inglés), encargado de recopilar y transmitir información científica a la Tierra. Durante más de un año, los ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la Nasa trabajaron intensamente para diagnosticar el fallo y encontrar una solución viable.
El 3 de marzo de 2024, tras varios intentos, la sonda respondió a comandos básicos, lo que permitió a los científicos acceder a una lectura parcial de la memoria del FDS.
Aunque el flujo de datos no era el esperado, este avance permitió identificar posibles causas del fallo y reavivó la esperanza de restablecer la comunicación.
La reactivación de un transmisor inactivo desde 1981
En una medida extraordinaria, los ingenieros decidieron reactivar un transmisor de banda S que no había sido utilizado desde 1981.
Este transmisor, aunque limitado en su capacidad de transmitir datos científicos detallados, logró enviar una señal débil que confirmó que la sonda sigue operativa y orientada hacia la Tierra.
Entérese de más: ¿Qué significan las señales que está enviando a la Tierra la nave espacial más vieja y lejana?
Un paso fundamental para mantener un nivel básico de comunicación mientras se trabaja en restaurar por completo el sistema de banda X, que permite transmitir información más robusta.
“La señal de banda S no es una solución permanente, pero al menos nos permite mantener la conexión y asegurarnos de que la nave sigue apuntando a la Tierra”, explicó Bruce Waggoner, jefe de aseguramiento de la misión Voyager.
Un testimonio de ingenio y resiliencia
La longevidad de la Voyager 1 ha sido posible gracias a un diseño robusto y al ingenio de los ingenieros que han enfrentado numerosos desafíos técnicos durante los 47 años de la misión.
Desde su lanzamiento, la sonda ha recopilado datos valiosos sobre Júpiter, Saturno y sus lunas, así como información crucial sobre el espacio interestelar tras cruzar los límites de la heliosfera en 2012.
“La Voyager 1 sigue siendo un emblema de la exploración humana y una fuente de inspiración para generaciones de científicos e ingenieros”, afirmó un portavoz de la Nasa.
Sin embargo, el envejecimiento de la nave también ha traído nuevos desafíos. Los sistemas de protección autónoma, diseñados para preservar la energía apagando componentes no esenciales, han generado cambios inesperados en su configuración. Este mecanismo fue clave para la supervivencia de la sonda, pero también complica el análisis remoto de sus fallos.
El impacto de la misión Voyager en la exploración espacial
Las sondas Voyager 1 y 2 fueron diseñadas inicialmente para una misión de cuatro años, enfocada en explorar los planetas exteriores del sistema solar.
No obstante, su éxito y la calidad de los datos recopilados permitieron extender la misión indefinidamente.
En 2012, la Voyager 1 se convirtió en el primer objeto humano en adentrarse en el espacio interestelar, un entorno desconocido que ofrece una ventana única para estudiar fenómenos cósmicos.
A pesar de las limitaciones tecnológicas de su época, estas sondas han demostrado ser herramientas extraordinarias para comprender el universo. El disco de oro que acompaña a cada nave, con mensajes de la humanidad y sonidos de la Tierra, es también un recordatorio de nuestro deseo de conectar con posibles civilizaciones extraterrestres.
e puede interesar: ¡Increíble! La NASA revela nueva fotografía de la Galaxia del Sombrero
El futuro de la Voyager 1
Aunque el contacto ha sido restablecido parcialmente, la Nasa reconoce que la recuperación completa de la funcionalidad de la Voyager 1 es un desafío considerable.
Los ingenieros continúan analizando los datos disponibles para decidir los próximos pasos, mientras priorizan evitar riesgos que puedan comprometer la misión, un logro que reafirma la capacidad humana para superar barreras tecnológicas y explorar más allá de los confines conocidos.
A medida que la Voyager 1 sigue su travesía hacia lo desconocido, su historia se consolida como un testimonio de nuestra búsqueda incansable de conocimiento y descubrimiento.