La epidemia entre 2014 y 2016 movió a un grupo de médicos y economistas del país para dar una mano.
África, su costa occidental. Un pedazo de Atlántico y selva que los colonos europeos debilitados por el paludismo llamaron “Cementerio del blanco”, fue tumba para 11.323 personas en dos años.
Entre 2014 y 2016, a la miseria casi irremediable de Sierra Leona, Liberia y Guinea se sumaron síntomas que recordaban a la malaria: fiebre, dolor ‘hasta la médula’, vómito, diarrea, y otros para los que no había explicación: sangrado, pérdida de la cordura, muerte.
Entonces, en las noticias creció el uso de la palabra ébola: un extraño virus que llegaba por primera vez a Guinea, se filtraba veloz por las fronteras y se asentaba en países vecinos. Ébola, una epidemia extremadamente contagiosa, transmitida por animales salvajes. Ébola, una enfermedad mortífera...
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