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El modelo chino, que es la mezcla de lo peor del capitalismo más despiadado y lo más atroz de una dictadura política, convirtió a China en uno de los principales actores del orden o desorden mundial.
Por Juan David Escobar Valencia - opinion@elcolombiano.com.co
Hace casi 7 años, escribí sobre algunos fenómenos que posiblemente afrontaríamos en las próximas décadas. Sobre China mencioné lo siguiente: “Dicen que los chinos maldicen deseándote “que vivas en tiempos interesantes”, que son lo opuesto a aquellos en que todo está bajo control. ¡Pues se acabó el control!” ... “Lo que viene es el desinfle de China, que parecía sin obstáculos. Desde ahora será evidente que su modelo arregló parte del fracaso dejado por Mao, pero sus fallas estructurales lo pondrán en un sitio menos alto de lo que querían y de lo que el resto del mundo le alcahueteó”.
La linterna china Tiāndēng, o linterna Kongmíng, es un globo tradicionalmente hecho de papel de arroz y un armazón de bambú que mediante una llama en su parte inferior calienta el aire, permitiendo alcanzar grandes alturas y ser visible si no hay otras fuentes luminosas que impidan la contrastación. Así fue el ascenso chino en las últimas décadas, que a pesar de las enormes limitaciones y debilidades que dejó el comunismo de Mao, logró ascender en el escenario económico y geopolítico mundial en el que los poderes tradicionales ya no alumbraban ni ascendían como antes. Pero una linterna se mantendrá en el aire si un factor interno, como su fuente de combustión, no se acaba, y/o un factor externo, como un viento fuerte no la inclina tanto que se termina incendiando.
El modelo chino, que es la mezcla de lo peor del capitalismo más despiadado y lo más atroz de una dictadura política, convirtió a China en uno de los principales actores del orden o desorden mundial. Su importancia económica, productiva y por ende también geopolítica, es inmensa. Pero a pesar del éxito del modelo, sus fallas estructurales, que no puedo explicar aquí, no iban a desaparecer y solo era cuestión de tiempo que se hicieran evidentes, incluso en una dictadura donde nada se publica sin permiso del Partido.
Ni siquiera un dictador institucionalizado como Xi Jinping puede hoy esconder señales como: altos niveles de desempleo juvenil, inversión extranjera en estampida, deflación, etc. Pero mencionaré solo una. Su composición y evolución demográfica es una bomba de tiempo irreversible que impedirá que siga siendo una economía creciente, sostenible y con las ventajas de mano de obra con que derrotó a los demás aparatos productivos del mundo. Dicen los optimistas prochinos que no es tan grave porque hay otras economías, como la japonesa, que sufre de envejecimiento y disminución de la población. Pero hay un detalle, y es que Japón logró ser una sociedad rica antes del fenómeno, en cambio China enfrentará el problema teniendo todavía un porcentaje muy alto de su población siendo pobre y sin opciones de evitarlo.
China no va a colapsar, seguirá volando en el escenario global por su tamaño y el aire caliente que conserva, y porque en dictadura los gobiernos tienen herramientas que en democracia no existen, pero como dije hace 7 años, empezará su desinfle, con los riesgos y efectos que implica para todos.