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Leerle El gato con botas a tu gato para que deje de gastarse tantas vidas. Leer para seguir teniendo esperanza. Leer para perder la esperanza. Leer para hablar menos y pensar más.
Por Sara Jaramillo Klinkert - @sarimillo
Leer para combatir el insomnio y para hacer más llevadera la demora en salas de espera, hospitales y aeropuertos. Leer para llorar. Leer para dejar de llorar. Leer para olvidar que tu padre está muerto. Leer como antídoto contra la intolerancia.
Leer para derribar montañas y dejar de pensar que el mundo empieza y acaba en tus propias narices. Leer para imaginar mejor, para evadir el dolor, para sentirse menos solo. Leer para no aburrirse, para entenderse a uno mismo y a los demás. Leer para ver fantasmas debajo de la cama.
Leer para dejar de sentirse como un bicho raro. Leer para convivir con piratas, duendes, dragones y cíclopes. Leer para colonizar Marte, ir al centro de la tierra, sobrevivir en la selva y navegar el océano hasta quedarse varado en una isla desierta. Leer para saber qué le pasó a Robinson Crusoe, al profesor Lidenbrock, al capitán John Williams y a Ismael. Leer para entender que todo Jekyll tiene un Mr. Hide.
Leer para expandir la mente, ampliar el horizonte, aumentar el vocabulario, mejorar la comprensión y la capacidad argumentativa. Leer para entender que lo que no se dice es tan importante como lo que se dice. Leer para saber lo que deseas hacer con tu vida. Leer para saber lo que no deseas hacer con tu vida. Leer libros que no te gustan y darte el lujo de abortarlos a las treinta páginas.
Leer para ser consciente de que eres más pequeño que un grano de arena y de que el mundo seguirá girando cuando dejes de existir. Leer para comprobar lo frágil, mortal e imprescindible que eres. Leer para comentar la historia con alguien y descubrir que leyeron libros diferentes. Leer para tener siempre temas de conversación, para entender que eres el otro de los otros.
Leer para matar el tiempo, para que, cuando el avión aterrice, te sorprenda lo corto que se te hizo el trayecto. Leer porque no tienes planes ni dinero ni wifi. Leer porque te dejaron plantado. Leer para alguien en voz alta.
Leer porque está lloviendo y no quieres salir. Leerle El gato con botas a tu gato para que deje de gastarse tantas vidas. Leer para seguir teniendo esperanza. Leer para perder la esperanza. Leer para hablar menos y pensar más. Leer como excusa para quedarse en la cama y no sentirse mal por ello. Leer al sol y quedarse dormido a los dos capítulos. Leer para camuflar la pereza, para hacer más llevaderos los domingos solitarios, cuando estás lejos y solo y tienes frío.
Leer durante una noche de insomnio para que amanezca más rápido. Leer para creer que ciertas historias las escribieron únicamente para ti. Leer para transformarse en jaguar. Leer para convencerte de que tu hermano en vez de morirse se convirtió en un águila.
Leer para tener buena ortografía. Leer para no lavar los platos ni barrer la casa. Leer para encontrar sesenta y cinco razones para leer y escribir una columna con ellas.