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Negociar en medio de la confrontación

El gobierno debería diseñar e implementar una estrategia informativa que permita explicar a la sociedad lo que implica ‘negociar en medio de la confrontación’ y al tiempo debe buscar que se acelere la misma.

hace 7 horas
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  • Negociar en medio de la confrontación

Por Alejo Vargas Velásquez - vargasvelasquezalejo@gmail.com

Es necesario diferenciar, como lo ha hecho la literatura al respecto hace varios decenios, que una cosa es negociar la terminación o superación de un enfrentamiento armado –cuya otra alternativa, aunque poco probable, es hacerlo a través de la confrontación militar- y algo muy distinto es construir paz en lo cual hay un gran debate entre lo que algunos denominan la paz negativa y la paz positiva.

Una de las modalidades para abordar la negociación de un conflicto interno armado es hacerlo en medio de la confrontación; la otra, con un cese del fuego previo (bilateral o unilateral). No hay duda que lo deseable siempre es poder hacer la negociación en medio de un cese de hostilidades, no sólo con las fuerzas insurgentes, sino también de hechos de violencia que afecten a los civiles no combatientes. Pero no se puede confundir lo deseable con lo posible. Generalmente se acude a negociar en medio de la confrontación cuando las partes no pueden ponerse de acuerdo en relación con las características o modalidades del cese del fuego –recordemos que para que este sea creíble requiere un sistema de verificación y generalmente localización de las fuerzas combatientes en áreas pre-establecidas, lo cual conlleva todo un dispositivo de confianza-.

En nuestro caso, en el largo intento de superar la confrontación violenta con la pluralidad y diversidad de actores que han existido y existen, se han ensayado ambas alternativas. En la experiencia de negociación entre el Gobierno Santos y las FARC-EP se acordó negociar en medio de la confrontación por varias razones, una, el gobierno no quería dar la sensación de que estaba suspendiendo la ofensiva –que venía siendo exitosa- contra la insurgencia; dos, a juicio del gobierno, era una manera de presionar la negociación en su ritmo; tres, las FARC no estaban dispuestas a aceptar un cese unilateral de sus acciones militares.

Pero esto conlleva unas complejidades difíciles de manejar, especialmente cuando se realizan ofensivas militares o se hacen actos de violencia que afectan a los ciudadanos, se genera una opinión confusa frente a la negociación. Con razonamientos del siguiente tenor: ¿por qué se realizan estos hechos de violencia si se está buscando la paz? Y esto deriva en una conclusión: es que no tienen real voluntad de paz los que se han sentado en la Mesa de Conversaciones.

Los adversarios de estos esfuerzos utilizan todo tipo de argumento para buscar deslegitimarlos, la realización de los hechos de violencia propios del conflicto son una justificación que ni mandada a pedir. Por supuesto para el gobierno es también una forma de presentar la ‘disminución de la violencia como victorias tempranas’.

El gobierno debería diseñar e implementar una estrategia informativa que permita explicar a la sociedad lo que implica ‘negociar en medio de la confrontación’ y al tiempo debe buscar que se acelere la misma. Del lado de la insurgencia se esperaría que hubiera una comprensión política de los efectos que estos hechos de violencia conllevan y tratara de minimizarlos. Un elemento central de estos procesos de conversaciones es el apoyo de la sociedad a los mismos, sin ello es muy difícil mantenerlo.

¿No podrían Gobierno y ELN ensayar esta opción?

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