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Trump es insistente en la referencia. En 2023 refriéndose al canal de Panamá dijo ‘construimos el canal de Panamá y nunca lo debimos ceder a panameños, hoy está en manos de los chinos’. ¿Sigue pensando en América Latina como el patio trasero de Washington?
Por Rafael Pardo Rueda - opinion@elcolombiano.com.co
Juan Tokatlian me dio la idea en un artículo publicado en la revista Américas Quarterly titulado Donald Trump y el regreso de la Doctrina Monroe.
Fue creada la doctrina Monroe por el presidente de Estados Unidos, James Monroe en 1823 mediante aprobación del Congreso norteamericano. Las entonces jóvenes repúblicas hispanoamericanas lo saludaron con entusiasmo.
En resumen, decía la doctrina que no podía aceptarse influencia extracontinental en el hemisferio occidental. Era principalmente para evitar la interferencia europea en América.
La doctrina planteaba América para los americanos y la usaron de estímulo para las invasiones que hicieron tropas norteamericanas de Haití, Nicaragua y República Dominicana en los primeros años del siglo XX.
Trump es insistente en la referencia. En 2023 refiriéndose al canal de Panamá dijo ‘construimos el canal de Panamá y nunca lo debimos ceder a panameños, hoy está en manos de los chinos’. ¿Sigue pensando en América Latina como el patio trasero de Washington?
Su ex secretario de defensa, Mark Esper, en su libro The Sacred Oath, propuso enviar cohetes a México a combatir las drogas, propuso invadir a Venezuela e imponer más sanciones a Cuba.
Se espera una edición reeditada de la doctrina Monroe.
Ahora que le espera a Colombia en el segundo mandato de Donald Trump. Es inevitable no entrar a proyectar cómo cambiarán las relaciones de Estados Unidos hacia Colombia en su segundo mandato de Trump.
¿Habría que empezar por suponer un endurecimiento de sanciones a Venezuela? Pero ¿y cómo hará para que estas sean coherentes con sus afectos hacia Rusia? Y por ejemplo, ¿será capaz de negociar el retorno de los migrantes?
Lo cierto es que con Trump o sin él se requiere hace muchos años de una política seria hacia países como Venezuela, Nicaragua y Cuba muy diferente, pues lo hecho hasta ahora en poco o nada ha resultado exitoso.
En segundo lugar, está nuestra relación en lo que tiene que ver con la política antidrogas. Se esperaría un endurecimiento en la manera en que se está atacando el creciente aumento de cultivos ilícitos. La cifra más reciente es 230.000 hectáreas, reporta un crecimiento de 13%.
Volveremos a la discusión del glifosato y la erradicación forzosa. En 2020 se erradicaron 130.000 hectáreas de coca; en 2021 fueron 103.000 y el año pasado apenas 20.323 hectáreas. Este año se espera erradicar 10.000 hectáreas. En este gobierno la erradicación forzada la consideran poco eficiente.
Pero vuelve y juega, más que cambios de mandatos, mientras no haya un cambio real en el abordaje mundial y especialmente en Estados Unidos sobre el narcotráfico y el consumo, todas las discusiones son inanes.
Lo que sí podría estar en riesgo con un control del congreso por parte de los republicanos es el aporte económico que recibimos, de 487 millones de dólares.
La migración ilegal es uno de los objetivos de Trump. México es el primero del hemisferio occidental. Venezuela es el segundo. Colombia es el tercero. Una deportación masiva, acabar con programas como el DACA, el TPS, entre otros, dejaría a los migrantes en manos de los grupos criminales y las remesas que llegan de Estados Unidos se acaban. Y eso solo para mencionar los temas visibles.