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Cada día que pasa sin que el proyecto opere en su totalidad, EPM deja de percibir miles de millones de pesos en ingresos, lo que se traduce en menores transferencias para el municipio.
Por Diego Mesa Puyo* - d.mesapuyo@columbia.edu
A un mes de que asuma la nueva administración municipal y ante el deterioro que al parecer está encontrando en la mayoría de las entidades públicas, es necesario identificar prioridades para los primeros 100 días de gobierno que le permitan trazar una hoja de ruta para enderezar el rumbo de la ciudad. Sin lugar a duda, EPM representa el grupo empresarial más importante del municipio, no solo por los servicios que les presta a millones de hogares, instituciones, empresas y negocios en Antioquia y otros nueve departamentos del país, sino por su relevancia para el sector energético nacional y para el presupuesto de la ciudad. Consiente de la importancia de recuperar y despolitizar a EPM, el alcalde electo designó a un gerente técnico, formado al interior de la institución y conocedor de sus problemáticas. Como complemento a una columna anterior, en la que resalté la necesidad de rescatar el gobierno corporativo y el rigor técnico y financiero que caracterizaban a EPM, en esta ocasión destaco tres problemáticas que requieren atención urgente e inmediata.
En primer lugar, y este es un tema que conoce bien el gerente designado, es necesario culminar la segunda fase de Hidroituango. En los cuatro años pasados se perdió tiempo valioso haciendo politiquería con el proyecto energético más importante del país, el cual hoy opera con cuatro de las ocho turbinas para las que fue diseñado. En julio de 2020, la junta directiva aprobó un presupuesto de 16 billones de pesos para terminar el proyecto, el cual puede haber incrementado por atrasos innecesarios, adicionales a los ocasionados por la contingencia de abril de 2018. Cada día que pasa sin que el proyecto opere en su totalidad, EPM deja de percibir miles de millones de pesos en ingresos, lo que se traduce en menores transferencias para el municipio.
En segundo lugar, esta Afinia, empresa que opera en Bolívar, Cesar, Córdoba, Sucre y 13 municipios del Magdalena. Prestar eficiente y rentablemente el servicio de energía eléctrica en el Caribe es un desafío que no puede ser superior a EPM. Esta región es la de mayor crecimiento en la demanda de energía del país y por lo tanto representa una gran oportunidad para la empresa. En el corto plazo es posible que Afinia requiera inversiones significativas, pero el retorno en el mediano plazo lo amerita, toda vez que logre reducir las pérdidas, mejorar la calidad e incrementar el recaudo.
Finalmente, está Emvarias, la cual ha sido un reto para EPM desde su adquisición en 2012. Hoy urge encontrar soluciones a los problemas del relleno sanitario y resolver el cuestionado contrato para el cargue lateral. Es inaudito que la falta de inversión en un nuevo vaso del relleno sanitario, a pesar de contar los recursos financieros, ocasione un riesgo de colapso que se podría convertir en una crisis de salud pública para Medellín y municipios aledaños. Adicionalmente, los problemas de Emvarias se han acentuado por cambios frecuentes en el equipo directivo que parecieran responder a consideraciones políticas, dificultando la operación de la empresa.
Como lo hemos dicho anteriormente, la recuperación de EPM tomará tiempo, pero es urgente seguir avanzando en soluciones.
*Miembro Distinguido Visitante del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia en Nueva York.