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CA Camilo, que logró salir del grupo armado, lo conocí hace un par de semanas en un albergue del centro de la ciudad, un joven que, según la profesional encargada, padece un diagnóstico de opositor desafiante.
Por Natalia Zuluaga Rivera - nataliaprocentro@gmail.com
Camilo tiene 18 años, nació en Medellín, no sabé en que barrio, ni en cuál clínica; a su padre lo asesinaron cuando apenas era un niño, su madre se fue a vivir a Cartagena y hace varios años que no sabe nada de ella; me dice que prefiere que no se la vuelvan a mencionar. En mi infancia me cuidó una señora de nombre Piedad, pero que de piedad no tenía nada, me maltrataba y era muy dura conmigo, yo decidí huir.
Duro saber que una de las causas más recurrentes para que los menores de edad se vinculen al conflicto armado sean la violencia intrafamiliar y la violencia sexual a los cuales son sometidos los niños y jóvenes en sus hogares, así lo señaló la agencia de comunicaciones de DDHH – PANDI.
Camilo empezó a muy temprana edad a recorrer las calles de la ciudad y los pueblos de Antioquia, llegó a El Bagre a visitar a su abuelo, que era lo más cercano que tenía de su familia; más tarde a sus 14 años, en un pueblo del Bajo Cauca, fue reclutado por disidencias de las FARC donde aprendió a utilizar como un experto guerrillero AK47, AR15 y fusil Galil “esos eran mis juguetes”, armas de verdad. los juguetes de un niño, que no tuvo infancia.
Según el último informe de reclutamiento infantil presentado por la Defensoría del Pueblo, a corte de Mayo de 2024 se registraron 159 casos de reclutamiento. Las edades de las víctimas oscilaron entre los 9 y 17 años, siendo el rango entre 14 y 17 en el que se concentró el mayor número de menores reclutados.
Para los grupos armados, siempre será más “atractivo” el reclutamiento de niños y jóvenes a los grupos criminales, los niños no temen tomar riesgos, y como dijo el entonces Senador Rafael Orduz Medina: “Los niños se adaptan fácilmente a un ambiente violento, comen menos, ganan menos y siempre están dispuestos a obedecer”. ¡Que crimen tan despiadado!
A Camilo, que logró salir del grupo armado, lo conocí hace un par de semanas en un albergue del centro de la ciudad, un joven que, según la profesional encargada, padece un diagnóstico de opositor desafiante (TOD); cuándo volví a preguntar por él, ya no estaba allí. Lo expulsaron del lugar, por su comportamiento altamente agresivo y violento.
Me he cuestionado mucho que sigamos normalizando estos casos, que no tengamos una ruta clara y segura para acoger a esta población vulnerable, víctima del conflicto. Creo que no estamos aún preparados para hacer una contención en este tipo de casos tan complejos.
No solo es darles habitación, alimentación y protección a estos jóvenes, necesitamos de una herramienta más fuerte y poderosa que los obligue a quedarse allí, y esa herramienta, estoy segura, es el amor, eso que tanto les ha faltado, y que tanto necesitan para cambiar.
Hoy Camilo está de nuevo en las calles, sin saber que rumbo coger, a que lugar seguro llegar. Ya con 18 años, está en alto riesgo de ser reclutado por combos criminales de la ciudad, y muy seguramente no volveré a saber de él.
P.D. Hoy 15 de Octubre, Celebramos la Navidad de Virgilio, quien 30 años (a.d.c.) escribió en su obra Égloga Cuarta: “nacerá un Púber, hijo de una Virgen, que cambiará el mundo”.