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Un venenoso Coltel

Desde 2004 Coltel nos ha costado en capitalizaciones más de US$3 mil millones y billones de pesos anuales por los pensionados. Responsables Uribe, Santos, Duque y sus ministros de Hacienda; ¿Y qué hará Petro? ¿Seguirá cuidándole este barril a Telefónica o lo venderá?.

17 de noviembre de 2024
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  • Un venenoso Coltel
  • Un venenoso Coltel

Por Melquisedec Torres - @Melquisedec70

No hay peor negocio del Estado colombiano en la historia que el proceso de liquidación de Telecom y posterior sociedad de Coltel con la española Telefónica; el reciente laudo del tribunal internacional CIADI que nos obliga a devolverle más de 500 millones de euros, es otro aporte a un barril sin fondo que sostenemos desde 2004, con beneficios mega millonarios para Telefónica.

Telecom debía liquidarse, sin duda; su pasivo pensional y carga laboral eran insostenibles frente a un mercado en declive. El monopolio la convirtió en una empresa obsoleta, lenta y carísima, con impresionantes gabelas sindicales y manejo politiquero, no corporativo, con corrupción en todos los niveles.

En el 2000 su pasivo pensional equivalía a 71% del activo. Esto condujo a su liquidación en 2003, gobierno Uribe, y se creó Coltel (100% estatal), con la que Telecom y sus “teleasociadas” (telefónicas municipales) firmaron un contrato para seguir prestando servicios (telefonía fija) y aseguraban derechos laborales y pensiones. Estas últimas se pagarían con el 95% de la utilidad operacional (contraprestación mínima de $420 mil millones anuales desde 2004).

Para 2006 la telefonía fija seguía cayendo, las tarifas bajaban y se consolidaba el negocio celular, lo que llevó a buscar un socio estratégico; ganó Telefónica capitalizando (no comprando acciones) con US$511 millones para quedarse con el 50% más una acción de Coltel y el control. La Nación no recibió un peso. Si la hubiese vendido toda, no solo habría recibido unos US$1.000 millones, sino que el pasivo pensional habría quedado a cargo de Telefónica. Pero vino lo peor; firmado el negocio, eliminaron tanto la garantía de financiación del pasivo pensional como el concepto de “contraprestación mínima”, y rebajaron el valor a favor de los españoles, sin ninguna justificación.

Se fijaron entre $350 mil millones y $480 mil millones anuales, con fórmulas matemáticas que no daban garantías. Y Coltel empezó a incumplir el contrato de explotación en 2012 con atrasos de US$306 millones, dejando sin plata el pago de pensiones cuando la empresa ya tenía valor negativo de US$1.736 millones (acciones de la Nación valían menos US$832 millones).

¿Y qué hizo el gobierno Santos? No solo salió al rescate de Coltel (mayoría de Telefónica) asumiendo deuda por US$1.616 millones y responsabilizó a la Nación de TODO el pasivo pensional (unos 16 mil jubilados con generosas mesadas que valen más de 1,3 billones año), que pagaremos todos por muchos años más. Y la Nación, en lugar de subir, bajó su participación al 32,5% y Telefónica subió al 67,5%.

Y como el flujo de caja seguía siendo negativo, en 2017 Santos le puso otros US$792 millones, incluyendo pagar el laudo arbitral por la reversión de concesiones de telefonía celular, el que ha sido anulado por el CIADI. Lo paradójico es que con un laudo o el otro, perdemos por ser socios de la demandada antes y demandante ahora.

Desde 2004 Coltel nos ha costado en capitalizaciones más de US$3 mil millones y billones de pesos anuales por los pensionados. Responsables Uribe, Santos, Duque y sus ministros de Hacienda; ¿Y qué hará Petro? ¿Seguirá cuidándole este barril a Telefónica o lo venderá?

PD. Esta columna es un adelanto de un trabajo de investigación.

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