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Un común denominador del ascenso y caída estrepitosa de nuestras grandes empresas estatales ha sido la simbiosis, complicidad e incestuosa relación del poder político con el sindical. Telecom, Caja Agraria, Idema, Adpostal, Inravision, bancos, Seguro Social y Colpuertos, entre tantas otras, se hundieron en medio de grandes escándalos de corrupción política, exorbitantes beneficios laborales, sistemas pensionales insostenibles y nula capacidad de adecuarse a nuevos tiempos o al mercado mundial. Y por la mayoría de ellas estamos pagando aún sus enormes platos rotos.
El caso singular del expresidente de la Unión Sindical Obrera, USO, Edwin Palma Gea, es ejemplo vivo de ese incesto estatal. Curioso: con menos de 40 años de vida, Ecopetrol le ofreció retiro voluntario; normalmente, eso sería despido no aceptado. Pero Palma, que comenzó joven como obrero y ascendió rápidamente al poder del sindicato, tenía motivos fundados para dar el sí; por un lado, enormes beneficios de la compañía para él y su familia por muchos años, y por otro, el papel principal que jugaba en la campaña del hoy presidente Petro. Esto último bajo la expectativa, entre otras, de ocupar altos cargos en la misma empresa de la que aceptó salir. Por una puerta se fue y por otra, mucho más grande en la Junta Directiva, volvió a entrar. Eso sí, gracias a que Petro rebajó los que eran exigentes requisitos.
Hoy, Palma recibe de Ecopetrol: en promedio $32 millones mensuales por al menos 4 sesiones de Junta o de comités; seguridad social para él hasta pensionarse (serán 21 años más); salud y educación total para 5 hijos y esposa, en colegio y universidad que escojan. Y de contera, Palma es agente interventor de la empresa de energía Air-e, con honorarios mensuales por 52 salarios mínimos (hoy $67,6 millones y en enero $74 millones por aumento del salario mínimo). Palma no solo tiene ingresos cercanos a $100 millones mensuales; los beneficios de su retiro tienen costo, aproximado, de $2.500 millones hasta que sus hijos se gradúen de carrera y él se pensione; por supuesto, con más subsidio en Colpensiones.
La posición de poder de Palma no es causal: la USO le aportó a la campaña de Petro $1.033 millones. Y le votó rabiosamente.
El esquema laboral de Ecopetrol es, de lejos, el mejor de Colombia. La salud, régimen especial, costó en 2024 más de $900 mil millones y subirá a casi un billón de pesos para 2025 (atiende 63 mil beneficiarios, incluyendo retirados como Palma y 12.023 pensionados). Mientras la UPC, costo por persona del sistema general de salud (usted, yo) es de apenas $1 millón 256 mil/año, cada persona en Ecopetrol cuesta $17 millones anuales. A su vez, el pasivo pensional de Ecopetrol hoy es de $17 billones.
La USO ha marchado en respaldo a las reformas de salud, pensiones y laboral... que ni les van ni les vienen, pues ellos son seres de luz a quienes esas cosas mundanas no los tocarán.
En Twitter de 2015, Palma criticaba los millonarios salarios de directivos y abogados de Ecopetrol. Hoy dice que no se avergüenza de todo lo que recibe.
