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Basta mirar la curva de crecimiento de las publicaciones científicas alrededor del uso terapéutico de los psicodélicos como MDMA, LSD, hongos mágicos o ayahuasca, para entender por qué Estados Unidos vive esta revolución.
Por Adriana Correa Velásquez - adrianacorreav@atajosmentales.com
Mientras en Colombia se hundía la reforma que buscaba legalizar el uso del canabbis adulto; en Denver, Colorado, un movimiento de 12.000 personas se gestaba alrededor de la ciencia psicodélica. Psychedelics Science 2023, el congreso más grande que se haya celebrado hasta ahora sobre este tema terminó ayer. En esta ciudad, 500 conferencistas hablaron de negocios, de los últimos estudios clínicos, del impacto en la sociedad, los avances de la ciencia y, la regulación y legalización de estas sustancias que prometen revolucionar el mundo de la salud mental y el bienestar.
Rick Doblin, el presidente de la Asociación Multidisciplinaria de Estudios Psicodélicos (MAPS), inauguró el encuentro con una visión para el 2027: “Net Zero Trauma” (trauma neto: cero). Este carismático hombre se imagina una sociedad que no transmita el dolor de generación en generación, sin traumas que heredar. Semejante visión solo podría venir de quien lleva más de cinco décadas tratando de cambiar la forma en que las personas piensan, hablan y consumen psicodélicos a través de la investigación, la educación y la promoción. Y la evidencia empieza a respaldar su trabajo. Basta mirar la curva de crecimiento de las publicaciones científicas alrededor del uso terapéutico de los psicodélicos como MDMA, LSD, hongos mágicos o ayahuasca, para entender por qué Estados Unidos vive esta revolución. Mientras en 1990 sólo había 200 publicaciones, para 2020 había más de 700. La evidencia dice que, con el acompañamiento correcto, estas sustancias son seguras y no son adictivos. Dice que sirven para los trastornos de alimentación, la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático, para quitar el miedo existencial de quienes se acercan a la muerte, pero también dice que sirven para vivir mejor.
“Ustedes están aquí porque han sentido que su reputación no es más importante que la vida de muchos...”, dijo Rick Perry, el ex gobernador de Texas, un republicano que se convenció del potencial de los psicodélicos cuando vio cómo mejoraban la vida de los veteranos de guerra. Y esas palabras las pronunció mientras yo hacía parte de ese auditorio masivo. Allí sentí que el proyecto auditivo en el que llevo trabajando tantos meses, tenía sentido. Se llama Atajos Mentales, un podcast sobre ciencia y psicodelia, que justo lanzo esta semana para sumarme a este movimiento. El podcast lo hice con las productoras Akorde y True Story, para contar las historias de quienes han cambiado sus vidas, mentes y almas usando estas sustancias. Se puede escuchar en las plataformas Spotify y Apple podcast. Atajos es mi apuesta por la divulgación de un conocimiento que, como los miles que vinimos al congreso, creemos que será crítico para la salud mental y para quienes creemos que es posible darle otro sentido a la vida.