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El empleo más ingrato

31 de marzo de 2025
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  • El empleo más ingrato

Por Juan José García Posada - juanjogarpos@gmail.com

El empleo más ingrato del mundo es el de director técnico de fútbol. Después de la mediocre serie de partidos recientes de la selección Colombia, el señor Lorenzo dejó de ser el héroe para resultar como el villano. Tras el empate con Paraguay lo lapidaron en todos los medios periodísticos. Ya nadie se atrevió a exaltar las proezas alcanzadas con el equipo y se le calificó de “entrenador de media petaca”. No hay un solo homólogo suyo, en el país y en el ranquin internacional, que se haya librado del linchamiento verbal por causa de una derrota. Alex Ferguson, Arrigo Sacchi, Guardiola, Angelotti, José Mourinho, Simeone, Del Bosque, Bielsa, eran ídolos legendarios pero cayeron alguna vez en desgracia, con sus respectivas mamás, por algún marcador adverso. El gran Pacho Maturana, en la biografía escrita por María Teresa Ramírez, se duele de semejante maltrato, que también le tocó a él en su época.

De la proclividad a la injusticia en los medios y las tribunas, en los despachos de los directivos futbolísticos y los cafés, hablamos en tertulia del Coloquio de los Libros. Ese vicio condenatorio se nota más en el fútbol, el más popular y multitudinario de los espectáculos. También se aplica en muchísimos oficios más, pero suele quedarse inédita y oculta esa perversidad de la condición humana. Sí que surgen casos en los torneos locales y nacionales. Todos nos arrogamos la potestad de lanzar a los entrenadores a los mismísimos infiernos cuando en algún encuentro le ganan al onceno de nuestras pasiones. Ni el que falla en un tiro libre, ni el guardameta que yerra en una tapada, ni el defensa despistado que mete un autogol, ni el árbitro cargado, ninguno tiene que responder con honra y estabilidad laboral como sí le pasa al técnico, por más alabanzas que haya merecido hasta el instante malhadado del error ajeno.

¿Y qué tal si el baremo con que se mide la calidad de los entrenadores para aplicar la tremenda sanción social se utilizara por equidad para sancionar a los gobernantes, al gobernante? No sólo quedan impunes sus extravagancias, sus desatinos, sus arbitrariedades, sus mentiras, sus actuaciones totalitarias, sino que se les tolera y hasta se les elogia. La gente juzga con extrema rudeza al director técnico de un equipo de fútbol- El seleccionado es símbolo contemporáneo del prestigio o el descrédito de la nación, de la institucionalidad, del orgullo patrio y del peso del país en la historia. Lo demás se exculpa, se absuelve, hasta se corre el riesgo de reelegirlo, así represente lo peor, lo más insoportable entre los insoportables. Miren cómo en la misma semana en que se ha proscrito al técnico, el presunto líder del Estado sigue meciéndose con favorabilidad y desfavorabilidad casi invariables en la última encuesta. A veces pienso que estamos en una sociedad que opta por la indolencia, la desvergüenza, la complacencia con el mal, la mansedumbre ante las manías dictatoriales y la injusticia.

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