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No me gusta recalcar el tema de los inocentes que se dejaron engañar con la campaña del cambio. Pero este veintiocho de diciembre pensé mucho en quienes, por pura inocencia, creyeron y cayeron en el engaño del futuro bienestar de los colombianos. Votaron por quien tanto daño le hizo al país durante su participación en un grupo terrorista que asaltó el Cantón Norte del ejército, que se apoderó de la espada del libertador, que asaltó la embajada de la República Dominicana, que se tomó e incendió el Palacio de Justicia.
Pero la democracia es así, la gente vota por quien tenga un mejor programa, o por quien mejor presente el engaño para el pueblo, como en el caso presente en Colombia. La democracia también nos obliga a soportar por cuatro años el error cometido y todavía tenemos que aguantarnos más de año y medio.
La época actual, en cuanto a las energías limpias y renovables, se han manejado con una ignorancia manifiesta y cambios dañinos. Ya una empresa portuguesa, que había traído los equipos necesarios para construcción de parques eólicos y solares en la Guajira, debió retirarse por la incertidumbre y cambios repentinos de este bien llamado el gobierno del cambio. Colombia, en poco tiempo, se verá sometida al racionamiento de energía por la política cambiante de quien maneja los destinos de la patria.
He insistido desde hace mucho tiempo en que, siendo Colombia un país rico en posibilidades de energía hidráulica, debemos explotar estos recursos hasta cuando se agoten y, allí sí, pensar en otras formas de generación eléctrica.
Si se trata de hacer justicia con la Guajira y su gente, debemos aprovechar los recursos eólicos y solares que allí tenemos. Aprovechar esta clase de generación intermitente, como es la eólica y la diurna como es la solar. Mientras tanto, se puede aprovechar el tiempo para la acumulación de agua en los embalses, para la reserva de energía cuando las anteriores falten. Ese lujo nos podemos dar en Colombia por las riquezas naturales que tenemos.
Cuando esas riquezas que El Creador nos dio se hayan explotado y se agoten, tendremos que pensar y aprovechar las energías alternativas que también tenemos en abundancia. Pero, primero es lo primero. Tenemos fuentes de agua en las montañas y, por consiguiente, caídas y posibilidades de represar esas aguas y enviarlas a los generadores por grandes tuberías para la producción. Pienso que, por ahora, son programas más costosos los que se plantean para la generación eléctrica y que debemos adelantar aquellos que ya están estudiados y que son más rápidos para poner en marcha. Cuando estos recursos se hayan acabado, será la hora para pensar en el desarrollo de fuentes alternativas.
Repito, Colombia tiene montañas y fuentes de agua para que las aprovechemos y generemos energías más baratas, lo demás vendrá después cuando lo más sencillo y barato se haya agotado.
