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Colombia no ha sido la excepción. Por más problemas que tenga su sistema educativo, aquí, un colegio es más que el espacio para aprender a leer y escribir. Así se lo tuvo que hacer saber a Boreal la Asociación Colombiana de Psiquiatría, preocupada por el exabrupto de la representante.
Por Juan David Ramírez Correa - columnasioque@gmail.com
Desde el 27 de noviembre retumban en mi cabeza las palabras de la representante a la Cámara, Susana Boreal: “Obligar a un niño a asistir al colegio es una forma de violencia y una forma, muy evidente, de adoctrinamiento”.
¿Qué karma estaremos pagando?
Hablemos rápidamente de ella. Susana Boreal es una activista y militante petrista del ala de Gustavo Bolívar. Como parlamentaria ha tenido más salidas en falso que ejecutorías como, por ejemplo, desconocer los procedimientos legislativos, ser confesa marihuanera y tener denuncias por presunto acoso laboral. Ahora, entendiendo el cuero del que salen las correas, como diría el adagio popular, hablemos de sus elucubraciones sobre la educación.
Empecemos por lo que no tiene discusión: la educación es clave para el desarrollo de la sociedad. En las civilizaciones griega y romana, la educación fue el pilar del desarrollo personal y cívico. En la Edad Media, durante el Renacimiento y la Reforma, las escuelas monásticas y catedralicias llevaron lejos la alfabetización y el aprendizaje humanístico, y en los siglos XIX y XX, la obligatoriedad educativa hizo que todo ser humano tuviera el derecho y el deber de educarse.
Pero... ¿Cómo se aprende? Obviamente, de múltiples formas, pero lo más clara es asistiendo a las instituciones educativas.
Colombia no ha sido la excepción. Por más problemas que tenga su sistema educativo, aquí, un colegio es más que el espacio para aprender a leer y escribir. Así se lo tuvo que hacer saber a Boreal la Asociación Colombiana de Psiquiatría, preocupada por el exabrupto de la representante: “La escuela no solo garantiza el acceso al aprendizaje formal, sino que también promueve habilidades sociales, bienestar emocional, pensamiento crítico y creatividad. Además, actúa como espacio seguro que protege frente a riesgos como el trabajo infantil, la violencia y la exclusión social”.
Suficiente ilustración.
Los premios nobel de economía de 2019, Abhijit Banerjee y Esther Duflo, aseguran que la escolarización es clave en la lucha contra la pobreza, pues quien asiste a un colegio tiene mayores probabilidades a futuro de aumentar sus ingresos e incrementar su resiliencia. Según la organización Welbin, dedicada a mejorar el bienestar escolar, el riesgo de mortalidad infantil disminuye entre 5% y 10% por cada año de escolaridad. Además, la escolarización genera más equidad de género al disminuir el riesgo de matrimonio infantil. Por último, estudios muestran que la movilidad social se pierde cuando los hijos no obtienen los mismos títulos académicos que sus padres. Ah, y, una bobadita adicional, para millones de niños en Colombia, el colegio es el único espacio en el que pueden acceder a alimentación y salud.
Llegan, entonces, dos grandes conclusiones que confluyen en Boreal. La primera, lo mal que estamos de legisladores y este es el mejor de los casos: una fuente de memes. La segunda, la sumatoria de falta de criterio con ganas de hablar por hablar y sin pensar, cayendo en el simplismo populista. ¿Será que Boreal olvidó que para estudiar dirección de música coral y orquesta en el conservatorio Real de Mons. en Bélgica tuvo que graduarse del colegio?
PostScript: Como todos los años, esta columna tomará un descanso. Por calendario, regresará el 21 de enero de 2025.