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Las leyes no tienen vacuna para evitar ser o volverse absurdas

10 de febrero de 2025
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  • Las leyes no tienen vacuna para evitar ser o volverse absurdas

Por Juan David Escobar Valencia - opinion@elcolombiano.com.co

Algo puede ser opuesto a la razón o insensato porque fue mal concebido o si las circunstancias cambiaron tanto que lo que antes pertinente y con sentido, deja de serlo; y las leyes no están exentas de ser o volverse absurdas e inútiles. Miremos unos ejemplos.

Desde el siglo XVI balleneros vascos exploraron aguas distintas a las del Cantábrico, llegando hasta Terranova, Labrador, Islandia y Groenlandia. En el verano de 1615, pesqueros vascos llegaron a Islandia buscando cetáceos, pero en septiembre un vendaval estrelló algunos barcos contra las rocas y unos 80 pescadores lograron sobrevivir. La cercanía del inclemente invierno islandés y la imposibilidad de regresar a casa los obligó a sobrevivir en la isla como fuese posible, incluso robándoles a comerciantes y pastores locales, quienes resolvieron no tolerar la situación y atacaron violentamente a los “alienígenas”, destripándolos y arrancándoles los ojos, nariz y genitales. Adicionalmente la corona danesa promulgó una ley que permitía matar vascos que estuvieran en el territorio. El paso del tiempo invisibilizó esta ley pero no la mató, y solo fue derogada hasta 2015.

En 1324, el angurrioso rey Eduardo II de Inglaterra aprobó una ley que definía a las ballenas, esturiones, delfines y marsopas que encallaban o eran capturados a menos de 5 km de la costa como “peces reales”. Pero lo surrealista es que la ley sigue vigente, pues en 2004 un pescador capturó un esturión de 10 pies cerca de Gales y tuvo que pedirle permiso a la reina Isabel para venderlo.

Hace años, en una conferencia que fui invitado junto con un profesor francés para hablar sobre el futuro de la Unión Europea, contaba apenado el colega la absurda obsesión de los reguladores de Bruselas, que sustentan sus sueldos reglamentando hasta el tamaño obligatorio de una almohada. Relató que fue testigo de unos policías confiscándole unos peces vivos que vendía una anciana en el mercado como pescado fresco, porque Bruselas había determinado que “pescado fresco” era un pez capturado no sé cuántas horas antes y estuviese entre dos capas de hielo de no recuerdo cuántos centímetros cada una. Europa está en problemas, pero morirán hiperregulados.

Empero el absurdo no distingue continentes. Solo hasta la década de 1990 derogaron una regla implantada en el siglo XIX en New Jersey que permitía a quien encontrara en su propiedad el cerdo de un vecino, matarlo legalmente con la condición de enviar el cadáver a un supervisor del condado. En Salem, Virginia Occidental, es ilegal comer dulces menos de una hora y media antes del servicio religioso, en Winona Lake, Wisconsin, también lo es comer helado públicamente los domingos, y en varios estados está prohibido jugar yo-yo, canicas o dominó el mismo día. En Arkansas, “ninguna persona hará sonar la bocina de un vehículo en ningún lugar donde se sirvan bebidas frías o sándwiches después de las 9:00 p.m.”, según el código de ordenanzas de Little Rock, Capítulo 18, Sec. 18-54.

Y por nuestras tierras la cosa da pena. El traidor Santos, legalizó que ser pillo paga, y que se llega al Congreso más rápido matando, violando niños y vendiendo drogas, que proponiendo leyes; y seguimos siendo víctimas de “genios” graduados de economistas que continúan proponiendo impuestos indefinidos al patrimonio o cargos adicionales a la energía eléctrica.

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