Por JAIME ARISMENDY DÍAZ*
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Al celebrar 200 años de la Batalla de Chorros Blancos, el Departamento y el país rinden tributo al Teniente Coronel José María Córdova como reconocimiento a su valentía y patriotismo.
El 12 de febrero de 1820, el ejército Patriota, con el Teniente Coronel Córdova a la cabeza, fue vencedor de la Batalla de Chorros Blancos. Así evitó una segunda reconquista española, al vencer a las tropas realistas, comandadas por el sanguinario coronel Francisco Warleta.
Ese día Antioquia logró su Independencia del yugo español y fue posible consolidar el triunfo de Boyacá. Sin el triunfo de Córdova en Chorros Blancos, se hubiese perdido el de Boyacá. Así de importante y trascendental fue esta batalla, en jurisdicción de Yarumal.
No reconocer los méritos de Córdova y la trascendencia de esta batalla para la Independencia de Antioquia y la de Colombia equivale a desconocer el alma de la historia, que es la verdad, y significa dejar una huella de ingratitud frente a la memoria de Córdova, nuestro Héroe Grande de Colombia y de América. Ya se cumplió la Ordenanza N° 42 del 21 de diciembre de 2006, que reconoce a Córdova “Libertador de Antioquia” y el 12 de febrero como el día clásico de la Libertad del territorio antioqueño.
Córdova es Libertador de Antioquia: así escribió el Prócer al Libertador Presidente, el primero de septiembre de 1819: “Puede vuestra excelencia contar con la Independencia de la Provincia de Antioquia actualmente”.
Angostura y Campamento, junto a Yarumal, también tienen parte destacada en esta efeméride, pues en sus territorios se libraron combates que llevaron a Córdova hasta el Alto Boquerón, en Chorros Blancos, donde aquel 12 de febrero de 1820 fue la aurora radiante de Pichincha y Ayacucho, batallas que hicieron posible la Libertad de la Nueva Granada. Córdova junto a Bolívar, Sucre y Santander, son los paradigmas inmortales de la Emancipación de Colombia y de la América del Sur.
Hijo de la entraña antioqueña, en Concepción, municipio de la antigua Provincia de Antioquia, vio la luz de la vida el más valiente de los hijos de Colombia, en los días huracanados de la “Guerra Grande de Independencia”: el General de División José María Córdova.
No fue el Acta de Independencia de Antioquia del 11 de agosto de 1813, firmada por el Dictador Juan del Corral, la que nos dio Independencia y Libertad. Esto solo fue posible con la espada de Córdova y el ejército Patriota, de la división Antioquia, sobre el glorioso campo de Chorros Blancos. Ni el territorio de Antioquia pudo ser reconquistado por la tiranía española ni la Nueva Granada se vio invadida nuevamente de Realistas. Córdova había alcanzado la victoria... Las palabras del historiador Orlando Montoya Moreno, en la Academia Antioqueña de Historia, el 11 de agosto de 2006, nos ilustran al respecto: “Si Cartagena fue la puerta que abrieron los españoles para la reconquista del Continente, Chorros Blancos fue la gesta encendida que puso fin a la subordinación, y presencia española en Antioquia, que cerró de un tajo el camino a los avances expedicionarios, que frustró todo intento de reconquista y reiteramos, que consolidó el triunfo de Boyacá, el surgimiento de la era del republicanismo e iluminó el horizonte de una América Libre”.
La espada vencedora del entonces Teniente Coronel José María Córdova en Chorros Blancos, nos legó Patria y Libertad... Loor a su memoria.
* Presidente, Fundación
Cordovista de los Andes