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Estación Crisis (que es cuando algo se desborda) a la que llegan muchos pidiendo asilo y protección, los que atraviesan ríos y escalan muros soñando con un mundo nuevo, los que se arriesgan por el mar en pateras y esperan ser rescatados, los que van de turistas y se quedan, los que cruzan las fronteras escondidos en camiones para emplearse al destajo, los que son llamados para construir o reconstruir un país (los turcos en Alemania, los japoneses en Brasil, los europeos en Argentina), los que abren fronteras interiores (los irlandeses en Estados Unidos cuando la conquista del Oeste), los que se contratan como siervos (los ingleses de clase baja en la Nueva Inglaterra), los que purgan penas y los envían a tierras hostiles (los franceses en la Guyana, los condenados en Inglaterra que construyen Australia), los que buscan su propio país para no ser perseguidos (los judíos en Palestina), los que huyen de la esclavitud y entran en el desierto buscando una tierra prometida (la historia del Éxodo en la Biblia), los que son deslazados por la guerra y entran como refugiados a países vecinos; en fin, en este asunto de la migración los hombres y mujeres han tomado caminos diversos, ya para prosperar o hundirse en situaciones peores: ser sometidos por otros o por las mafias que se crean entre ellos mismos.
Migrar ha sido una constante en la Historia humana. Y obligar al retorno también. En la Alemania nazi, antes de la guerra, los judíos no alemanes fueron colocados en la frontera polaca. Y a partir de ahí ya se sabe el resto. El Saint Louis, ese barco de los malditos, no fue recibido en ninguna parte y hubo suicidios abordo llegando a su lugar de origen. Y es cuento largo, título de una novela de Günther Grass, que los hechos se repitan, que unos logren lo que buscan y otros sean parias, que se desaten pogromos y lo construido se desbarate. Y que muchos regresen al lugar en que los echaron, pues resultaron ser necesarios, como pasa con los obreros mejicanos en el mundo agrícola norteamericano.
Entre los migrantes hay de todo: personas que trabajan y ordenan sus vidas comenzando desde abajo, gente que se capacita y progresa, desesperados que hacen lo que sea para sobrevivir (la prostitución es común), parásitos que solo esperan que les den, delincuentes que extienden sus redes. Cuando se cambia de sitio las condiciones son otras. Algunos se adaptan (es cosa de evolución) y otros no lo logran y entonces crean problemas y caos. Y deshumanización.
Acotación: migrar es un riesgo, a menos de que el migrante sea llamado para ejecutar trabajos que los locales no hacen. Pero el asunto ha cambiado: se quiere entrar en desorden y la reacción es violenta, persecución, cadenas, humillación, Y esto es lo que molesta: que unos y otros se vuelvan salvajes.
