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Y al progresar, la primera en reducirse es la burocracia, este ejercicio del impedir que lo lógico resulte, que las cosas sean como son y que la creatividad sea expresar lo nuevo sin crear confusiones.
Por José Guillermo Ángel R. - memoanjel5@gmail.com
Estación Retardo (o si se quiere, Ofusque) a la que llegan los nuevos expertos en sistemas para hacer enredo de lo lógico y funcional, los diseñadores de formatos que piden datos que ya están en la base a la que uno se dirige, los que funcionan por casos (la casuística) y lo particular lo meten en lo general (pasa mucho en medicina, donde ya no hay enfermo sino enfermedad), los que hacen de cualquier cuenta de cobro un laberinto y una manera de alterarse, los que miden presencia en computadoras en lugar de productividad, los que miran al otro como un cliente numerado y no como un ser humano, los que se llaman líderes y tienen por oficio la producción desmesurada de correos electrónicos y ojeadas por encima, los que aguantan reuniones (promovidas por quienes justifican cargos y no tienen más qué hacer), los computarizados (exelizados) que llenan casillas, las pasan a la Tablet y de ahí al celular....
Es evidente que la tecnología aplicada a la administración de las empresas, diseñada para que fuéramos más ágiles e inteligentes, ha comenzado a caer en las manos de los que no son, estos que cayeron encima de lo digital como pájaros con hambre sobre las teclas y que ni siquiera están enterados de qué fue la contabilidad veneciana, esa que creó las rutas medievales e internacionalizó el comercio sin que se perdiera una sola moneda ni cliente. Y menos saben qué cosa es planear, probar, ejecutar y evaluar para que la campana de Gauss cuente con inicios, desarrollos, puntos de madurez y finales posteriores a nuevos inicios nacidos de la tercera fase. Solo saben operar un sistema y, si éste falla, nadie es culpable sino la máquina. Interesante.
Todo tiene un límite y pasarse de él es comenzar a fallar y entrar en crisis debido al desborde. E innovar no es progreso sino arreglar lo que funciona mal (volverlo nuevo). Así, el progreso es que las cosas funcionen como es debido, de manera más simple y dando mejores resultados (experiencia de producción y gerencia). Y al progresar, la primera en reducirse es la burocracia, este ejercicio del impedir que lo lógico resulte, que las cosas sean como son y que la creatividad sea expresar lo nuevo sin crear confusiones. Pero bueno, ya la creatividad es lo que no se entiende, así como es arte cualquier basura. No falta sino aullar.
Acotación: la burocracia (gobernar la oficina) tuvo como objetivo controlar (la Francia de los Luises, la Rusia zarista, los países comunistas, las cuotas políticas capitalistas) para que todo funcionara en orden. Pero en la medida que esta creció, se volvió torpe, enferma y al fin se enredó en sí misma como las neuronas cuando ya no dan. Pero con la informática ha regresado, desconociendo los mejores modelos anteriores de administración, estableciendo una tecno-burocracia que convierte en video juego lo que pasa.