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A través de su programa Roots & Shoots, ha empoderado a niños, niñas y jóvenes de todo el mundo para que tomen acción y creen un futuro más sostenible.
Por Isabel Gutiérrez Ramírez - JuntasSomosMasMed@gmail.com
Jane Goodall, un nombre que resonó en las profundidades de la selva y se expandió por todo el mundo, es sinónimo de fuerza, compasión, y un profundo amor y respeto por la naturaleza. Su legado trasciende las fronteras de la ciencia, convirtiéndola en una figura icónica que ha inspirado a millones de personas a valorar y proteger la vida animal, y a sumarse al activismo por la conservación y regeneración del planeta.
La semana pasada recibimos su visita en Medellín, y en EAFIT tuvimos la oportunidad de escucharla, hablar e inspirar a niños, niñas y jóvenes. ¡Qué momento más emocionante! Cuando era joven, en la década de 1960, Jane Goodall se adentró en las selvas de Tanzania y desafió las normas científicas de la época. En lugar de observar a los chimpancés desde una distancia segura, o quizá estudiarlos desde un laboratorio, decidió sumergirse en su mundo, ganándose su confianza y revelando facetas de su comportamiento que asombraron al mundo.
Descubrió que estos primates no eran simples animales, sino seres complejos con emociones, relaciones sociales y una inteligencia sorprendente. Sus investigaciones demostraron que los chimpancés utilizan herramientas, muestran empatía y construyen relaciones sociales duraderas, desafiando la creencia de que los humanos eran los únicos seres con estas capacidades.
Más allá de sus descubrimientos científicos, Goodall se convirtió en una ferviente defensora de los derechos de los animales y de la conservación de los hábitats naturales. Fundó el Instituto Jane Goodall, una organización global que trabaja en diversos proyectos de investigación, conservación y educación ambiental. A través de su programa Roots & Shoots, ha empoderado a niños, niñas y jóvenes de todo el mundo para que tomen acción y creen un futuro más sostenible.
Además, en una época en la que la ciencia era predominantemente un campo masculino, Jane Goodall eligió una carrera en la etología, desafiando los estereotipos de género que limitaban las oportunidades de las mujeres en campos considerados “masculinos”.
Ahora es un modelo a seguir por niñas y jóvenes que ven una oportunidad de desarrollo en la ciencia. El legado de Jane Goodall ha transformado nuestra comprensión de los chimpancés y de nosotros mismos. Ha inspirado a generaciones de científicos, conservacionistas y activistas.
Gracias Jane Goodall por devolvernos la esperanza, llenarnos el corazón de motivación y despertar el llamado a la acción. Gracias por recordarnos la posibilidad que tenemos de revertir los daños causados a la naturaleza, de fortalecer alianzas para multiplicar el impacto.
Gracias por la invitación a conectarnos con ese espíritu indomable y entendernos parte del ecosistema. Recordando tus palabras: “miles y miles de acciones éticas podrán hacer la diferencia”.