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El turismo responsable y sostenible trae beneficios para todos, pero debemos asegurarnos que cada uno de los actores involucrados haga lo que le corresponda.
Por Isabel Gutiérrez R. - JuntasSomosMasMed@gmail.com
Medellín, que para la década de los 90 fue la ciudad más peligrosa del mundo, ha experimentado una profunda transformación. Se ha convertido en un importante destino turístico, atrayendo a visitantes y nómadas digitales con su vibrante cultura, la calidez de su gente y el clima envidiable. Esta transformación ha generado cambios estructurales en la economía. El año pasado visitaron la ciudad más de 1,5 millones de turistas. En los últimos siete años aumentaron los pasajeros en vuelos internacionales en cerca del 120%. La oferta hotelera se ha ampliado y la ocupación se mantiene alta. Al cierre del año pasado estuvo por encima del 70%. Hoy el turismo representa 7 puntos del PIB de la ciudad y genera más de 110 mil empleos, directos e indirectos.
El crecimiento del turismo genera amplias externalidades positivas. El turismo promueve el desarrollo de infraestructura de transporte y otros servicios que benefician a turistas y locales. El comercio se moviliza y crece. La demanda laboral se vuelve más sofisticada, llevando al fortalecimiento y crecimiento del sector educativo, de forma que los locales desarrollen nuevas y mejores habilidades. Además, la conectividad global facilita el desarrollo de negocios.
Pero el turismo también trae consigo riesgos de externalidades negativas. Una dimensión tóxica del turismo se relaciona con el consumo de drogas, la prostitución, la trata de personas y la explotación sexual y comercial de niños. Un gramo de cocaína en Medellín vale 5 dólares y en Nueva York 120 dólares. Muchos consumidores encuentran más económico comprar un tiquete, hotel y droga en Medellín, que consumir en Estados Unidos. Así mismo el precio que pagan por servicios sexuales es significativamente inferior al que encuentran en sus países de origen.
La creación reciente de la secretaría de Turismo es una respuesta acertada a poner el foco donde Medellín está ganando en el mercado. La ciudad se tiene que preparar para atender mejor a los turistas, tener un mejor capital humano, contar con una buena oferta hotelera, rutas turísticas, restaurantes, bares, entretenimiento, entre otros. En este sentido, se viene la actualización del POT, que debe responder a las dinámicas crecientes de esta industria.
De manera simultánea tenemos que diseñar políticas, regulaciones y mecanismos que protejan a quienes hoy están siendo vulnerados, e impongan sanciones a quienes participan del negocio ilegal. El turismo responsable y sostenible trae beneficios para todos, pero debemos asegurarnos que cada uno de los actores involucrados haga lo que le corresponda. A los empresarios y ciudadanos, denunciar a todos aquellos que cometen actividades ilegales de turismo sexual, y ejerzan controles ciudadanos para prohibir el ingreso de quienes ejercen tales conductas. A las autoridades de policía, fiscalía y jueces, mayor contundencia en la aplicación de la ley y en la sanción. Y a la Alcaldía y empresas promotoras de turismo, seguir construyendo una narrativa de ciudad alrededor de la creatividad, la música, la cultura, la gastronomía y la naturaleza.