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¿Trump o Harris? Susto o muerte

Harris no solo busca distanciarse de las medidas “asistencialistas” adoptadas por Biden, sino que apuesta por lo que ha denominado “economía de las oportunidades” frente al discurso de Trump.

31 de octubre de 2024
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  • ¿Trump o Harris? Susto o muerte

Por Humberto Montero - hmontero@larazon.es

En menos de una semana, si el recuento lo permite, sabremos quién sustituirá a Joe Biden en la Casa Blanca. No es cosa baladí, por mucho que tengamos nuestros propios problemas, porque la dependencia global de la primera potencia sigue siendo mayúscula. ¿Quién nos conviene más? En términos ideológicos ambos candidatos son antagónicos, pero en los económicos las diferencias, menores, son también relevantes. Para empezar, ambos coinciden en que seguirán engordando el déficit y, de forma diferida, la estratosférica deuda que tiene EE. UU. y que todo el planeta quiere comprar como valor refugio junto al oro. Que a los americanos les vaya bien el bolsillo es una buena señal para el resto del planeta. Y parece que los estadounidenses votarán más que nunca pensando en la cartera.

Al margen de la inmigración, la economía es hoy el único asunto que mueve los votos. De hecho, más de la mitad de los electores irá a las urnas el próximo día 5 con el convencimiento de que antes de la pandemia vivía mejor.

En 22 estados y en la capital, Washington, los compradores de vivienda necesitan hoy un ingreso familiar de seis cifras para pagar una casa promedio. En California, primer estado en el ranking, la renta necesaria para afrontar con holgura la compra de esa casa estándar es de nada menos que 197.051 dólares anuales.

Aunque es cierto que la economía estadounidense se ha recuperado mejor de lo esperado, con un crecimiento robusto y bajas tasas de paro, también lo es que a los americanos de a pie les cuesta más que antes de la pandemia afrontar los gastos.

Por eso, el 52% de los estadounidenses dicen que ellos y su familia están peor hoy que hace cuatro años, frente al 39% que dice que están mejor y un 8% está más o menos igual, según la última encuesta de Gallup.

Es este escenario, las propuestas económicas cobran especial relevancia. Harris no solo busca distanciarse de las medidas “asistencialistas” adoptadas por Biden, sino que apuesta por lo que ha denominado “economía de las oportunidades” frente al discurso de Trump, centrado en aprobar aranceles a discreción a las importaciones y bajadas de impuestos a discreción.

Ambos coinciden en su apuesta por reindustrializar el país, algo que ya intentó sin demasiado éxito Trump en su primer mandato y que depende más de la enorme brecha en los costes laborales de EE. UU. con Asia o el resto de las economías manufactureras que de las políticas proteccionistas, los subsidios a la industria o los acuerdos comerciales globales.

Aunque los recortes fiscales y la desregulación de Trump podrían traducirse en un crecimiento superior, la promesa de aranceles y las políticas antiinmigración también podrían provocar un aumento de la inflación.

Los más de 800.000 millones de dólares comprometidos por Biden en infraestructuras y transición verde, podrían derivarse a otros menesteres con Trump, defensor del petróleo y el gas americano, desde sus tesis “negacionistas” del cambio climático. En cualquier caso, las propuestas de ambos parten de un error de bulto: seguir gastando por encima de las posibilidades. Susto o muerte.

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