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Sin doctorados ni títulos, Gabriel fue maestro de la vida. Según Alejandro Dumas, “la vida es tan incierta que la felicidad debe aprovecharse en el momento en que se presenta”. Y así vivió Gabriel. Cada instante recorrido lo convirtió en disfrute. En lo personal me enseñó que la vida no consiste en esperar que pase la tormenta sino en aprender a bailar con ella. “El tiempo y el aguante” -entiéndase la paciencia y la esperanza- fueron sus remedios infalibles para enfrentar la adversidad.
¡Tuvo una habilidad peculiar! No fue ajeno a ningún sector: el agropecuario y el industrial; supo de lo gremial y lo político. Con su rigor y capacidad de experimentar sin importar el riesgo, se ganó la admiración, respeto y confianza de muchos en quienes dejó su huella. Gabriel, al igual que su padre Octavio, fue un gran maestro historiador de anécdotas llenas de enseñanza, un maestro de bondad. Todos, quienes lo conocimos, recordamos una anécdota de las que relataba en cada encuentro.
Pero no sólo anécdotas. Con la autonomía del conocimiento que le dio su vida de empresario en tantos sectores, en cada oportunidad defendió vehementemente los principios éticos y la democracia sin temor y de frente. Siempre en la primera fila con su tamaño grande y su presencia impecable, lograba hablar personalmente con el funcionario o dirigente de turno para expresar sus ideas o preocupaciones; después, en un ejercicio riguroso, las escribía para repartirlas entre sus amigos.
Dime cuántos amigos tienes y te diré cuántos años vas a vivir. Imposible contar con cuántos grupos de amigos hacía almuerzos, sancochos o tomaba tinto en largas tertulias. Hoy recuerdo con nostalgia cómo en cada uno de los eventos de la Cámara de Comercio de Medellín Gabriel tenía una historia cercana y vivida con muchos de los asistentes.
El liderazgo demostrado al convocar y conciliar los intereses de entidades públicas y privadas para disponer los terrenos en los que hoy se erige Plaza Mayor, el desarrollo del proyecto de Autopistas 4G para Antioquia, y en ello el Túnel del Toyo, la construcción y puesta en operación del Centro Empresarial El Poblado de la Cámara de Comercio, o la sede en Ciudad Bolívar en el Suroeste evidencian, entre otros, el recorrido de Gabriel como presidente de la Junta de esta Cámara. Y no tendríamos suficiente espacio para destacar su presencia en otros gremios y empresas.
No hay mejor maestro que un buen jefe. A nuestro guía y amigo: ¡Gracias Gabriel! La Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia tiene tu sello de honestidad y perfección. Tu huella quedó en muchos alumnos que recibimos tu legado con la disciplina y responsabilidad que siempre nos exigías.
En tiempos de turbulencia, nos hará falta tu faro de sensatez e integridad.
*Presidenta Ejecutiva de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia.
