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Por Daniel Duque Velásquez - @danielduquev
Comienza un nuevo año y con él, la oportunidad de reflexionar sobre lo que hemos vivido y, sobre todo, lo que esperamos construir en los próximos doce meses. Colombia necesita con urgencia que el 2025 sea un año de consensos, de acciones concretas y de responsabilidad en el ejercicio del poder. Aquí algunos deseos que no solo son míos, sino que seguramente resuenan en el corazón de muchas personas.
En Colombia, me sueño un debate político con altura, donde superemos el nivel actual de la discusión pública, donde los insultos, las descalificaciones y los señalamientos han reemplazado las ideas y los argumentos. Nuestra democracia necesita un debate serio, informado y respetuoso, que nos permita enfrentar los desafíos estructurales que tenemos como nación. Es urgente que se construya una visión compartida de país, un proyecto que no esté motivado por la revancha ni contra Petro ni contra Uribe. Necesitamos un liderazgo que pueda aglutinar voces diversas y que tenga la capacidad de enfrentar temas críticos como la construcción de paz, el desarrollo económico, la lucha contra la pobreza y la corrupción, la deforestación y la transición hacia una matriz energética más limpia y diversificada, etc.
También deseo que el presidente Petro gobierne con responsabilidad, que pase menos tiempo en redes sociales y más tiempo gestionando el país, que deje de nombrar personas cuestionadas en altos cargos, que su gabinete funcione con eficiencia y que realmente cumpla las promesas que hizo a los jóvenes, pues en su gobierno los dejó sin ICETEX y sin renta joven. Que le cumpla a las familias que perdieron el Ingreso Solidario y a quienes aún esperan que el “cambio” se traduzca en resultados tangibles. El país necesita un presidente que entienda el peso de su investidura y lo lleve con seriedad y responsabilidad.
En Antioquia, deseamos que nuestro gobernador y alcalde se concentren en resolver los problemas reales de la gente, en lugar de gastar tiempo y energías en confrontaciones políticas con el Gobierno Nacional para ganar popularidad. Antioquia merece líderes que pongan por encima de todo el bienestar del territorio. También esperamos ver avances significativos en los grandes proyectos de infraestructura como el Puerto de Urabá, las vías 4G y el metro ligero de la 80, que no pueden seguir enfrentando retrasos injustificados. Aunque no todos estos proyectos terminarán en 2025, deben mostrar avances significativos que den confianza a la ciudadanía sobre su culminación exitosa. Además, soñamos con una Universidad de Antioquia fortalecida, que reciba los recursos que merece, que pueda ampliar su cobertura, mejorar su infraestructura y fortalecer sus programas de bienestar universitario. La educación es el motor del desarrollo y Antioquia necesita una universidad pública fuerte y robusta.
Finalmente, un deseo que compartimos millones de corazones verdolagas: ¡Que Atlético Nacional gane la Copa Libertadores! Porque si algo puede unirnos en la alegría y hacernos olvidar por un momento los problemas, es ver al verde levantar otra vez la copa más importante del continente.
¡Feliz 2025! Que este año sea, al fin, el punto de partida para avanzar en la sociedad y el país que soñamos.