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La Alcaldía de Medellín espera recaudar más de tres billones de pesos en impuestos distritales de los $10,9 billones del presupuesto aprobado para el 2025 por el Concejo. Podríamos destinar un porcentaje de los impuestos recaudados para que los grandes contribuyentes de la ciudad puedan cumplir su obligación tributaria con el Distrito a través de obras que impacten directamente en los barrios y corregimientos de Medellín, cumpliendo las metas del Plan de Desarrollo.
El alcalde Galán ya reglamentó el mecanismo en Bogotá; lo mismo sucede en Cartagena. ¿No podríamos soñar con algo similar para aprovechar el tejido empresarial que históricamente ha estado comprometido con Medellín? Yo pienso que sí.
Actualmente, el mecanismo Obras por Impuestos está pensado para el impuesto de renta y las obligaciones de los contribuyentes con la nación, pero es posible concebir una estrategia similar con los impuestos distritales. El mecanismo fue creado en 2016 como una forma de llegar ágilmente a los territorios más afectados por la violencia y cerrar las brechas sociales con el compromiso de los empresarios. Este mecanismo no genera beneficios o descuentos, solo funciona para cumplir las obligaciones que los contribuyentes tienen con la nación, invirtiendo sus impuestos directamente en las poblaciones y territorios priorizados. La magia está en que depende de la voluntad de las empresas de decidirse a hacer obras y transformar los territorios en vez de simplemente apretar el botón de la DIAN para pagar sus impuestos.
Las bondades son numerosas: 1) descentraliza los recursos: los contribuyentes invierten en territorios donde el Estado no ha invertido por décadas; 2) maximiza los recursos: los contribuyentes se acercan a los territorios y llevan allí recursos adicionales de responsabilidad social corporativa o de su propia caja; 3) mayor eficiencia: a los contribuyentes les interesa pagar su obligación tributaria en el menor tiempo posible para evitar sanciones, por eso realizan las obras eficientemente; 4) pertinencia: las entidades territoriales proponen iniciativas que son incorporadas en el banco de proyectos del mecanismo según sus necesidades y en cumplimiento de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial - PDET; 5) calidad de las obras: los contribuyentes se juegan su reputación, activo fundamental para ellos, por eso buscan que sus obras sean realizadas con la mayor calidad posible para que las comunidades y sus aliados sigan creyendo en ellos. Hasta el momento, ningún proyecto realizado mediante el mecanismo de obras por impuestos ha quedado inconcluso o fallido.
Obras por Impuestos es el más exitoso de los mecanismos derivados del Acuerdo de Paz. Año tras año se ha aumentado el cupo CONFIS llegando a 1,1 billones aprobados para el 2025 (un gran acierto del gobierno actual) y ya se han realizado más de 400 obras en más de 260 municipios PDET y ZOMAC. Decenas de contribuyentes han apostado por el mecanismo, ayudando a transformar los territorios y mejorando su relación con el Estado y las comunidades; esto lo he constatado como coordinador de la Comisión Accidental de Obras por Impuestos del Congreso de la República.
Medellín es un escenario fértil para implementar un mecanismo como este, aprovechando el tejido empresarial que existe en la ciudad y alimentando el círculo virtuoso que hemos construido entre Estado, empresa y ciudadanía. Nuestra ciudad se precia de ser innovadora, he aquí una posibilidad de hacer algo nuevo con alto impacto social. Yo pienso que sí podemos.
