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Según Simon Sinek, existe una gran diferencia entre un grupo de personas que simplemente trabajan juntas y un grupo de personas que se tienen confianza. En el primer escenario, las relaciones son solo transaccionales, mientras que, en el segundo, hay un interés común en alcanzar un objetivo más grande. En otras palabras, los equipos que fomentan la confianza tienden a trabajar de manera más cohesionada, con mejor comunicación y logrando impactos duraderos. ¿Cómo se puede generar ese cambio cultural que logre él desarrolle de equipos que basen sus relaciones en la confianza?
Toda transformación cultural comienza con el trabajo personal y cómo este impacta lo colectivo: ser para hacer, como dicen por ahí. Existen varias estrategias para trabajar en este sentido, y una de las más eficientes desde mi experiencia es el voluntariado. El trabajo voluntario impacta la productividad de las empresas en la medida en que los voluntarios se sienten conectados con el propósito superior de la compañía y a su vez genera sensación de bienestar entre los equipos, lo que fortalece la comunicación y la forma en la que trabajamos.
Soy voluntaria en muchas causas, una de las que más disfruto es la oportunidad de transformar vidas de la mano de la Fundación Un Techo para mi País. Acompañados de un equipo extraordinario y con la colaboración de un grupo de voluntarios valerosos hemos logrado construir techos para familias que debido al esfuerzo y compromiso de esos equipos han podido ver mejorada su situación habitacional. Todas las construcciones han tenido retos diferentes, las decisiones que se deben tomar, el terreno, el clima, el ambiente, todo cambia; pero lo que no cambia es el compromiso, el perrenque y el corazón que le impregnan los equipos, quienes la dan toda para terminar con la tarea.
El voluntariado se basa en la fortaleza de los lazos creados entre los participantes, desde la planificación hasta la reflexión final. El trabajo en equipo mejora la comunicación y alinea objetivos individuales con un propósito común, fomentando una mejor compresión y empatía entre compañeros. También incrementa la resiliencia y capacidad para resolver problemas juntos. Participar en proyectos comunitarios revela nuevas habilidades y talentos, enriqueciendo a los individuos y beneficiando a la empresa con un personal más comprometido y versátil. El voluntariado permite a las empresas cumplir con su responsabilidad social mientras cultivan un entorno corporativo más cohesionado y humano.
En resumen, estructurar un programa de voluntariado es fundamental para el fortalecimiento de las empresas, la generación de una cultura de trabajo en equipo y el desarrollo de un propósito común que proporcione un camino solido para el equipo.
Todo esto mientras desde el ser aportamos a la construcción de un mejor mañana en donde la sociedad se encuentre fortalecida por corazones dispuestos a dar. Como dijo Helen Keller: “Solos podemos hacer tan poco; juntos podemos hacer mucho.” ¿Cuándo empiezas tu voluntariado?
